Tratamiento de datos y azar, pregunta formulada por andrewames19, hace 1 año

¿Cómo puedo relacionar la ira con mi vida diaria?

Respuestas a la pregunta

Contestado por santy123371
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Claudia Meléndez, alumna de prácticas de ISEP Clínic, ha realizado un interesante artículo sobre la Inteligencia Emocional (IE) en el cual nos explica el origen de nuestras emociones y cómo podemos regularlas en el día a día a partir de ciertas técnicas cognitivo-conductuales que nos permitirán desarrollar habilidades personales y sociales y por tanto, llevar una vida más equilibrada y plena.

Una emoción es una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia, que sobrevienen de formasúbita y brusca y que resultan pasajeras.

En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación. Es por ello que cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.

Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano. Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso, objetivos.

Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el miedo, el enfado o la alegría. Existen seis emociones básicas:

MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.

SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.

AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.

IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.

ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.

TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.

Cada una de las emociones antes mencionadas cumplen una función adaptativa en el ser humano para interactuar con el medio que le rodea, así pues, el miedo nos permite protegernos del peligro, la sorpresa nos ayuda a ubicarnos en una situación inesperada, la rabia nos conduce a destruir aquello que nos hace daño, la aversión nos hace rechazar lo que tenemos delante, la tristeza nos motiva hacia una reintegración personal y la alegría nos induce a reproducir el suceso que nos ha hecho sentir bien.

Sin importar la profesión o rol social que desempeñemos, a menudo nos encontramos con situaciones que generan determinado tipo de emociones en nuestro interior y nos conllevan a actuar bajo un estado conductual de:

Pesimismo

Desconfianza

Victimismo

Enojo

Culpa (reproches)

Excusas

Aislamiento

Venganza

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