COMO PUEDO CONTRIBUIR CON LA DEFENSA DE LA JUSTICIA,LIBERTAD Y DEMOCRACIAAA .SIN IMPORTAR EL SEXO ,EDAD , CLASE SOCIAL, Y GRUPO TECNICO JUSTICIA LIBEETAD DEMOCRACIA ES PARA HOY AIUDAAA Doy 75 puntos
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Respuesta:
El derecho a la ciudad, como el lector puede fácilmente deducir, se presta mucho a su difusión y a ser objeto de usos confusos y banales. El derecho a la ciudad aparece en el siglo XIX… pero para combatirlo. La emergencia de las clases trabajadoras en las revoluciones democráticas urbanas de1848 y, sobre todo, el impacto de la Commune (Paris, 1871) sobre las clases medias y altas genera una reacción social antiobrera: las clases trabajadoras son consideradas “clases peligrosas”2. Desde la segunda mitad del siglo XIX estas clases eran confinadas en los espacios periurbanos descualificados, “banlieues” o barrios-gueto slumizados. La exclusión social de la clase obrera no fue solo resultado del mercado capitalista que no ofrecía suelo y vivienda accesibles en la ciudad formal, dotada de los servicios urbanos básicos. También había una “estrategia de clase”, en términos lefebvrianos, para excluir al proletariado industrial del “derecho a la ciudad”, es decir del ejercicio de la ciudadanía. El resultado fue un “déficit de derechos” para un sector de la población urbana, excluída o de acceso limitado a los bienes y servicios urbanos, también se la desposeía de la cultura ciudadana. La segregación social y territorial no solo excluía el derecho a la ciudad, también suprimía la conciencia de ciudadania. Vivían en “otra ciudad” (las Dos Ciudades de Dickens), en los “cinturones rojos”de las ciudades industriales, donde la ciudad cambia de nombre3. No es un buen signo de progreso social la actualidad de la literatura social del siglo XIX y primeras décadas del XX. Como escribió Françoise Giroud “siempre fui esceptica respecto al progreso moral de la humanidad, pero si que he creido en el progreso social… ahora dudo mucho también de éste”. Lamentablemente acertó al hacer esta pesimista previsión.
El derecho a la ciudad fue pues un concepto teórico e implícito. En aquellas ciudades de base industrial y obrera el conflicto urbano se ha planteado como una forma de lucha social o de clases que corresponde a la confrontación Capital-Trabajo pero mediatizado por el gobierno local. La cuestión no era (o es) el derecho a la ciudad “burguesa” sino conquistar los derechos sociales urbanos en “la otra ciudad”. En ciudades con importantes sectores medios y relativa mixtura social que incluye las clases trabajadoras, o una parte significativa de ellas, el conflicto se hace “ciudadano”. Las reivindicaciones urbanas adquieren carácter político y sin perjuicio de que se obtengan mejoras importantes en los barrios populares en muchos casos la hegemonía política corresponde a los sectores medios. Ante esta fractura el concepto de “derecho a la ciudad” aparece explícitamente cumpliendo una función integradora. La experiencia histórica nos dice que las clases trabajadoras o populares aspiran y necesitan hacerse “ciudadanas”, pero para ello deben formar parte de un bloque democratizador político que incluya las aspiraciones igualitarias.
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