como puedo aser un cuento de una mariposa azul
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
TEXTO
Además de ser hermosa por la riqueza de sus colores, era extremadamente grande y tenía una forma de volar, tan ligera y elegante, tan sutil...
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Gilberto era un niño que vivía fascinado por las maravillas de la naturaleza. Le gustaban las flores, los árboles, los pájaros y sobre todo los insectos. En la escuela se destacaba por su insaciable curiosidad. Tanto era su interés en aprender, que la maestra lo eligió para participar en un concurso de coleccionistas de insectos. Cuando Gilberto se enteró de la elección se puso loco de alegría. Entusiasmado, reunió los elementos necesarios para la búsqueda: una gran caja de cartón donde colocaría los bichitos; pequeños frascos con alcohol para conservarlos; varias docenas de alfileres para fijarlos en el fondo de la caja; rótulos donde escribir sus nombres y una red para cazar mariposas.
Desde entonces Gilberto salió a recolectar insectos todas las tardes. Se internaba en el montecillo cercano a su casa y correteaba entre los árboles, aumentando —82→ con uno o dos ejemplares su apreciada colección. Volvía al atardecer, cansado pero lleno de alegría y proyectos para el día siguiente. Se acostaba temprano y, generalmente, soñaba con su próxima expedición.
Le gustaba perseguir largo rato cuanto insecto veía, y a media tarde sentarse en algún tronco abandonado a tomar un vasito de cocido con leche y unas cuantas galletas. Le encantaba el murmullo del monte, la conversación de los pájaros, las liebres que se escapaban presurosas y asustadas cuando lo oían llegar y los venaditos con sus ojos asombrados, fijos en él. A medida que se habituaron a su presencia se le fueron acercando, naciendo entre ellos una tierna y silenciosa amistad. Pero lo que más apasionaba a Gilberto eran las mariposas. Tenía varias en su colección y eso lo llenaba de orgullo.
Una tarde, cuando ya había emprendido el regreso vio una, sumamente bella, que huía hacia las profundidades del monte. Se quedó extasiado por sus colores, que variaban desde el azul más intenso hasta el más tenue celeste.
La atracción que la mariposa azul produjo en nuestro coleccionista se intensificó con los días. Pero a pesar de sus múltiples esfuerzos, sus recorridas cada vez más extensas, Gilberto sólo conseguía verla desde lejos, fugaz entre los árboles cuando caía la noche. Siempre cuando caía la noche.
Explicación:
CORONA