Cómo puedo aplicar la medida Lucas capítulo 10 versículo del 29 al 37
Respuestas a la pregunta
hay muchas formas de aplicarlo, primero el ser Cristianos y no mirar al más necesitado y negarle nuestra ayuda nos convierte en hipócritas, porque el Levita y el Sacerdote tenían cargos importantes en el templo (Luc 1:5, Luc 1:9 y Luc 1:23) el relato nos dice que el sacerdote ni siquiera le importó ver la condición del Samaritano, si éste hombre hubiera estado muerto para el sacerdote era ilegal tocar un cadáver que no fuera su pariente, entonces ésto le pasaba por la mente y así justificó su conducta.
muchas veces como cristianos nos hacemos de la vista gorda como dicen y no ayudamos a los que nos necesitan y ponemos muchas excusas y justificaciones.
segundo el levita fue más curioso se acercó al herido pero al verlo se marchó, muchas veces llegamos a la vida de alguien que realmente nos necesita o en momentos que esa persona necesita nuestra ayuda y lo que hacemos es solamente chismosear lo que ocurre en su vida y al final nos marchamos sin haber ayudado en lo que la persona necesita.
tercero el Samaritano era discriminado por los judíos y el herido había mucha posibilidad que fuera judío, sin embargo apesar que el Samaritano era un extranjero en ese territorio él no pensó que podría ser atacado también por los ladrones ni pensó que si él fuera el herido un judío no tendría misericordia de él y arriesgándose ayudó a la víctima indefensa, así como éste samaritano refleja que fue movido por su misericordia para rescatar al herido refleja en una forma muy real el espíritu de amor que movió al Hijo de Dios a venir a éste mundo para rescatar la humanidad.
Dios no estaba obligado a rescatar al hombre caído y pudo haber pasado por alto a los pescadores así como el sacerdote y el Levita pasaron de largo sin ayudar, pero Dios estuvo dispuesto a sacrificar su vida por la humanidad por amor.
El sacerdote, el levita y el samaritano habían estado cerca del pobre desventurado y herido hombre cuando pasaba momentos de necesidad, pero solamente uno de ellos actuó como prójimo.
Ser buen prójimo no depende tanto de proximidad como de voluntad para compartir las cargas ajenas.
Ser buen prójimo es la expresión práctica del amor para el que lo necesita.