Cómo puedes fomentar la práctica de educación física integralmente
Respuestas a la pregunta
Respuesta
La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica el sedentarismo como un grave problema de salud en los niños y jóvenes de 5 a 17 años. Las recomendaciones de la OMS son claras en este sentido. Niños y adolescentes deben realizar al menos 60 minutos diarios de actividad física de una intensidad moderada o alta, en sesiones de al menos 10 minutos de duración. Además, tres veces por semana deberían realizarse ejercicios vigorosos, destinados al fortalecimiento del sistema esquelético y muscular.
Beneficios del deporte en la adolescencia
El Grupo de Trabajo de Actividad Física de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha publicado un Decálogo para padres sobre la actividad física de sus hijos y un documento con Consejos sobre actividad física para niños y adolescentes. La práctica habitual de un deporte es una excelente forma de cumplir estas recomendaciones. Estos son los beneficios que aporta el deporte en la infancia y la adolescencia:
Menos problemas de saludcuando sea adulto. Disminuye los problemas asociados al sobrepeso y fortalece el esqueleto.
Sirve para ejercitar la coordinación motora, la resistencia, la fuerza muscular y la flexibilidad.
Ayuda a tener un sueño de mayor calidad y que el descanso sea más reparador.
Aumenta la autoestima y mejora el estado de ánimo. Además, la práctica regular enseña las virtudes del esfuerzo, la constancia y la disciplina.
Sirve como momento de socialización con jóvenes de la misma edad e intereses.
No obstante, cuando los pediatras prescriben un aumento de la actividad física, a menudo se encuentran con una baja adherencia a las pautas recomendadas. Los motivos habituales van desde un bajo nivel de forma física inicial, que dificulta la práctica satisfactoria del ejercicio, hasta la falta de personalización de la prescripción, lo que disminuye su disfrute y reduce la motivación por convertirlo en un hábito regular.
Consejos que los adolescentes practiquen deporte
La Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) se une a este esfuerzo por cambiar los hábitos sedentarios de la juventud por unos más saludables, y ofrece estos consejos para incentivar la adopción de un deporte como actividad saludable para el tiempo libre de niños y adolescentes:
Dejar la elección del deporte en manos del niño. Es él el que deberá realizar el esfuerzo físico y es mejor que lo haga de manera voluntaria y divirtiéndose al hacerlo. Los padres pueden orientar, teniendo en cuenta las preferencias y aptitudes del hijo. Si no existe una vocación clara, lo mejor es probar diferentes deportes hasta encontrar el que más le guste.
Involucración positiva de los padres. Casi todo deporte requiere del uso de material específico y durante las edades más tempranas es necesario acompañar al niño hasta el lugar donde realizar la práctica deportiva. La presencia de la familia sirve además de apoyo moral e incluso para que el niño se sienta importante, por lo que el ambiente debe ser siempre positivo hacia la práctica del deporte y no plantear este apoyo como un sacrificio.
No generar estrés alrededor de la práctica deportiva. Si el niño no quiere practicar un deporte determinado, o no progresan al ritmo de unas expectativas quizá irrealistas, los mejor es no presionarles o se cae en el riesgo de que no quieran seguir realizando ningún deporte. Mejor dejar que sigan al ritmo que ellos puedan permitirse y si quieren abandonar, facilitar un cambio de deporte o actividad física.
Predicar con el ejemplo. El deporte no es solo bueno para los niños y adolescentes, también lo es para los adultos, y si crecen en un ambiente en el que la práctica deportiva es algo habitual es más probable que ellos también la adopten.
Mantener una alimentación sana. No hace falta seguir dietas especiales, de hecho no es recomendable hacerlo. El joven deportista deberá seguir una alimentación saludable y equilibrada, ajustando eso sí la ingesta calórica y de líquidos conforme al gasto a realizar. No se recomienda en la edad pediátrica la ingesta de ningún tipo de suplementos y cualquier intervención en la dieta deberá ser controlada por el pediatra.
Para terminar, conviene recordar que la práctica de deporte es un fin en sí mismo. No se busca convertir a cada niño en un campeón olímpico, sino que encuentre una forma lúdica y divertida de hacer ejercicio físico que además le permita ampliar su círculo de relaciones sociales y desarrollarse como persona de una forma sana y saludable.