¿Cómo puedes aplicar la comunicación asertiva en tu entorno familiar? ayudaa plss
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El problema de escuchar para contestar y no para entender
Algunas de las claves para propiciar una comunicación asertiva en la familia:
1. Evita comparaciones
En ocasiones, los padres solemos comparar demasiado a nuestros hijos con otros niños para señalar sus errores. Sin embargo, esto más que hacerles bien, puede llegar a generar inseguridad y un sentimiento de inferioridad en los pequeños. Además, existe el peligro de acojan como propia la costumbre de compararse con los demás en aquellos aspectos en los que son inferiores.
Si no creas autoconfianza en tus hijos, difícilmente lograrán tener una comunicación asertiva en otros ámbitos en los que se desempeñen.
Cada niño, igual que cada persona, es único. Por otro lado, la mayoría de las comparaciones son injustas o no están bien calibradas: cada uno nos enfrentamos a circunstancias muy particulares, y los niños también.
2. Sé empático
Una comunicación asertiva parte del respeto hacia la otra persona. Antes de dirigirnos a nuestros hijos, dediquemos un tiempo a pensar qué vamos a decirles y cómo vamos a hacerlo, especialmente cuando el mensaje que queremos trasmitir es importante y queremos que cale en ellos.
También debemos inculcar en ellos la empatía hacia los demás. Si toda la familia intenta comprender lo que piensa y siente el otro, será más fácil entablar un diálogo y que las discusiones no erosionen la confianza.
3. Pide opinión
Una educación autoritaria limita la comunicación asertiva, pues mientras los padres mandan, los hijos solo obedecen. No favorecer que los niños se expresen en referencia a las decisiones que involucran a la familia es una forma de decirles que su voz no cuenta.
Deja que tus hijos opinen en los temas que requieran su participación, así ellos se desenvolverán con más confianza y sabrán que su punto de vista es importante para ti y que ellos también pueden aportar argumentos para tomar la mejor decisión.
4. Exprésate
No puedes esperar que tus hijos expresen sus sentimientos y pensamientos si tú no lo haces. Háblales de cómo ha ido tú día, tus inquietudes e intereses. De igual forma, escúchales atentamente cuando tengan algo que contarte.
Cuando sepas que se equivocaron en algo, dales un consejo en lugar de juzgarles y regañarles, de esta forma alimentarás la confianza de tus hijos para compartir sus inquietudes.
Eso sí, ser comprensivo no significa dejar de sancionar cuando se traspasan los límites. En este sentido, no olvides que tu actuación está destinada a que no repitan el error que han cometido. Por otro lado, recuerda que muchas lecciones se aprenden del ejemplo. Tú, que eres el modelo a seguir de tus hijos, eres el primero que debe utilizar un estilo de comunicación asertiva para que ellos aprendan.
Explicación:
La comunicación asertiva en la familia significa expresar nuestra opinión de forma consciente, congruente, clara, directa y equilibrada; su finalidad es la de comunicar nuestras ideas y sentimientos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior en el que habite la confianza.
Respuesta:
El problema de escuchar para contestar y no para entender
Algunas de las claves para propiciar una comunicación asertiva en la familia:
1. Evita comparaciones
En ocasiones, los padres solemos comparar demasiado a nuestros hijos con otros niños para señalar sus errores. Sin embargo, esto más que hacerles bien, puede llegar a generar inseguridad y un sentimiento de inferioridad en los pequeños. Además, existe el peligro de acojan como propia la costumbre de compararse con los demás en aquellos aspectos en los que son inferiores.
Si no creas autoconfianza en tus hijos, difícilmente lograrán tener una comunicación asertiva en otros ámbitos en los que se desempeñen.
Cada niño, igual que cada persona, es único. Por otro lado, la mayoría de las comparaciones son injustas o no están bien calibradas: cada uno nos enfrentamos a circunstancias muy particulares, y los niños también.
2. Sé empático
Una comunicación asertiva parte del respeto hacia la otra persona. Antes de dirigirnos a nuestros hijos, dediquemos un tiempo a pensar qué vamos a decirles y cómo vamos a hacerlo, especialmente cuando el mensaje que queremos trasmitir es importante y queremos que cale en ellos.
También debemos inculcar en ellos la empatía hacia los demás. Si toda la familia intenta comprender lo que piensa y siente el otro, será más fácil entablar un diálogo y que las discusiones no erosionen la confianza.
3. Pide opinión
Una educación autoritaria limita la comunicación asertiva, pues mientras los padres mandan, los hijos solo obedecen. No favorecer que los niños se expresen en referencia a las decisiones que involucran a la familia es una forma de decirles que su voz no cuenta.
Deja que tus hijos opinen en los temas que requieran su participación, así ellos se desenvolverán con más confianza y sabrán que su punto de vista es importante para ti y que ellos también pueden aportar argumentos para tomar la mejor decisión.
4. Exprésate
No puedes esperar que tus hijos expresen sus sentimientos y pensamientos si tú no lo haces. Háblales de cómo ha ido tú día, tus inquietudes e intereses. De igual forma, escúchales atentamente cuando tengan algo que contarte.
Cuando sepas que se equivocaron en algo, dales un consejo en lugar de juzgarles y regañarles, de esta forma alimentarás la confianza de tus hijos para compartir sus inquietudes.
Eso sí, ser comprensivo no significa dejar de sancionar cuando se traspasan los límites. En este sentido, no olvides que tu actuación está destinada a que no repitan el error que han cometido. Por otro lado, recuerda que muchas lecciones se aprenden del ejemplo. Tú, que eres el modelo a seguir de tus hijos, eres el primero que debe utilizar un estilo de comunicación asertiva para que ellos aprendan.
Explicación:
La comunicación asertiva en la familia significa expresar nuestra opinión de forma consciente, congruente, clara, directa y equilibrada; su finalidad es la de comunicar nuestras ideas y sentimientos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior en el que habite la confianza.
Explicación:
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