Historia, pregunta formulada por degopro230, hace 24 días

cómo podemos tener una postura crítica ante los mensajes publicitarios​

Respuestas a la pregunta

Contestado por anknatsunamu0405
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Respuesta:

La presencia de la publicidad en nuestro entorno es tan invasiva y absorbente que estamos dócilmente habituados a ella. Casi le rendimos pleitesía. El pensamiento crítico, sin embargo, tiene que rebelarse ante esa docilidad y zafarse de la tutela que los publicitarios tratan de ejercer sobre nuestro modo de pensar.

He aquí algunos consejos dirigidos  al profesorado con objeto de que puedan promover el desarrollo del pensamiento crítico entre sus estudiantes.

Utiliza a menudo la publicidad en clase para analizar y criticar sus mensajes y, al hacerlo, completar y enriquecer el estudio de cualquier tema.

El discurso publicitario es tan amplio, tan totalizador, que abarca casi todos los temas del currículo educativo, así como múltiples aspectos de nuestra vida y de nuestra realidad. Por tanto, puede ser leído y analizado en relación con cualquier disciplina o temática. Podemos utilizarlo a propósito de la tecnología, del medio ambiente, la salud, la historia, el arte, las formas de vestir, la convivencia, la geografía, etc.

Además, la publicidad ofrece, casi siempre, una versión de la vida que es muy influyente y tiene un impacto considerable en la formación de las mentalidades contemporáneas. De ahí que sus propuestas y puntos de vista tengan que ser tenidos en cuenta y puedan ser estudiadas como una parte esencial de nuestro contexto social. De hecho, enriquecen la consideración de cualquier temática que tratemos en el aula.

Describe, analiza y discute con tus estudiantes las propuestas que nos hace la publicidad.

Lo primero, identifica las diversas propuestas: compra esto, piensa aquello, atribuye tal valor a tal marca, desea tal objeto, etc. Luego, analízalas: organízalas, encuentras sus componentes, estudia su organización, etc. Luego, discútelas: ¿Son claras o confusas? ¿Son coherentes? ¿Tienen lógica? ¿Son compatibles con nuestras aspiraciones, normas éticas, etc.? Al hacerlo, mejorará nuestra capacidad de análisis.

Descubre –a través de una conversación o mediante proyectos de investigación concretos– qué impacto puede tener el que obedezcamos  las propuestas de determinados anuncios.

Plantea las siguientes cuestiones: ¿Qué consecuencias tienen en nuestros hábitos de consumo? ¿Cómo van a influir en nuestra economía doméstica o social? ¿Qué consecuencias tendrán sobre la sostenibilidad del planeta? ¿Y para la convivencia social? ¿Y para nuestra personalidad y psicología? Analizando estas consecuencias, ayudaremos a construir actitudes fundadas y racionales ante la publicidad. Y potenciaremos, sin duda, nuestro sentido crítico.

Investiga y analiza el proceso de argumentación, de razonamiento o de narración que sigue el anuncio publicitario.

¿Cómo se argumentan sus propuestas? (si es que se argumentan) ¿Qué silogismos sigue el razonamiento? ¿Qué lógica tiene? O, ¿qué relato nos transmite? ¿Quiénes son sus protagonistas? ¿Cuál es la acción que describe? ¿Qué desenlace propone? Estudiando todos estos aspectos seremos capaces de encontrar las inconsistencias, los fallos o los aciertos del texto publicitario. Pero, en cualquier caso, sea cual sea el resultado, lo que va a aumentar es nuestra capacidad crítica.

Deconstruye, a través del diálogo, el universo de valores del anuncio.

La publicidad es una fábrica de valores, los crea o los destruye, o los modifica… ¿Cuáles son estos valores? ¿Cómo ensalza unos y rechaza otros? ¿Con qué valores propone que nos identifiquemos? ¿Cómo asocia determinados valores a determinados personajes, contextos o situaciones? ¿Qué significan estos valores en nuestra sociedad? ¿Podemos asumirlos o no? Tratando de estos temas forjaremos nuestra consistencia ética de un modo crítico.

Busca el contexto.

Finalmente, trata de relacionar el discurso de la publicidad con otros discursos. Si se trata de un anuncio sobre un producto alimentación, trata de relacionar su discurso con el que sostienen los especialistas en saludo –médicos, biólogos, etc.– sobre el mismo tema. Si se trata del anuncio de un coche, relaciónalo con el de los especialistas en medio ambiente, con el de los tecnólogos, o, sencillamente, con el discurso periodístico.

Buscando el contexto, las propuestas publicitarias se ven de otro modo, se relativizan. Y los estudiantes ganan distancia crítica. Siguiendo estas pautas no es seguro que los alumnos se conviertan en expertos de la crítica del discurso publicitario, ni que consigamos ser unos consumados expertos en semiótica. Pero sí avanzaremos en nuestra autonomía personal y formaremos nuestra voluntad de un modo más racional.

Explicación:

espero que te sirva

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