Historia, pregunta formulada por brendarojas63, hace 7 meses

¿Como podemos contribuir en la resolución de los problemas contemporáneo que hemos investigado desde nuestro hogar?

Respuestas a la pregunta

Contestado por Syncx
27

Respuesta:

nosotros contribuimos muchos por que nosotros somos el futuro del planeta

es personal

si te sirvio dame un corazon , una corona , calificame 5 estrellas y comenta para subir de rango porfavor

Contestado por Xxshadowfirexzx
8

Respuesta:

Los costes de la degradación ambiental no se han tomado en consideración hasta recientemente, pero se empieza a comprender que las externalidades disimulan el verdadero coste de los productos favoreciendo el beneficio a corto plazo, pero deben ser incorporados en la evaluación de cualquier proyecto; no se pueden “externalizar”, como se ha venido haciendo, porque resulta absolutamente insostenible para el conjunto de la sociedad. Uno de los principales puntos de la agenda de la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo, en 2002, fue precisamente la instauración de un marco jurídico que definiera la responsabilidad ambiental de las empresas (Bovet et al., 2008, pp 14-15). Y en la cumbre Rio+20 se publicó una Declaración de Capital Natural que afirma la necesidad de calcular el valor de las externalidades y hacerlo público en la rendición de cuentas de las empresas (Hohensee, 2013).

Algunas empresas se plantean contribuir activa y voluntariamente, más allá del cumplimiento de leyes y normas, a la mejora de las condiciones socioambientales, para beneficio de las personas y, sin duda, para mejorar su valoración social. Ello ha dado lugar a lo que se conoce como responsabilidad social corporativa (RSC), también llamada responsabilidad social empresarial (RSE) y a lo que se conoce como Producción Limpia (PL), una estrategia de gestión productiva y ambiental que permite lograr beneficios económicos y al mismo tiempo mejorar el desempeño ambiental, procediendo para ello a la revisión de las operaciones y procesos que forman parte de una actividad productiva, con miras a encontrar las diversas posibilidades de optimización en el uso de los recursos, etc.

Tanto la legislación como las iniciativas de responsabilidad social de las empresas son un claro índice de la preocupación que generan las secuelas de muchas actividades asociadas con agentes contaminantes. Siguiendo con la revisión de estos agentes, son conocidos también, desde hace años, los efectos de los fosfatos y otros nutrientes utilizados en los fertilizantes de síntesis sobre el agua de ríos, lagos y, en última instancia, océanos, en donde provocan la muerte por asfixia de parte de su flora y fauna por la reducción del contenido de oxígeno (anoxia y eutrofización). Por ello la ONU alertó en su informe GEO-2000 sobre el peligro del uso de fertilizantes. Desde la década de 1960 se ha quintuplicado el uso mundial de fertilizantes, en particular nitrogenados. La liberación de nitrógeno en el ambiente se ha convertido en otro grave problema, pues puede alterar el crecimiento de las especies y reducir su diversidad. En estos y muchos otros casos se aprecia la misma búsqueda inmediata de beneficios particulares, sin atender a las posibles consecuencias para otros, hoy o en el futuro (ver Economía y Sostenibilidad).

Millones de ellas son arrojadas anualmente a los vertederos, incorporándose posteriormente al ciclo del agua muchas de esas sustancias tóxicas, algunas de las cuales, como el mercurio, son extremadamente peligrosas. Se hace necesario por ello instalar los llamados “ecopuntos” y “ecoparques” para recoger selectivamente residuos especiales que no deben ir a los vertederos ordinarios, como pilas y baterías, bombillas fluorescentes, de bajo consumo que contengan mercurio, pequeños electrodomésticos, sustancias tóxicas, aceite de cocina, móviles, ordenadores, etc.

Recordemos, en particular, el dióxido de azufre, SO2, o los óxidos de nitrógeno que son arrojados diariamente a la atmósfera al quemar combustibles fósiles (carbón, petróleo) en las centrales térmicas para producción de electricidad (ver La Transición Energética), en los incendios forestales, los medios de transporte y las quemas agrícolas; son gases muy solubles en el agua, con la que reaccionan hasta formar disoluciones de ácido sulfúrico y ácido nítrico, lo que da lugar al fenómeno de la lluvia ácida, responsable, por ejemplo, de que en los últimos 50 años los suelos europeos se hayan vuelto entre 5 y 10 veces más ácidos, lo que provoca una disolución y pérdida de nutrientes como el calcio, magnesio y potasio contribuyendo a graves cambios antropogénicos de la cubierta del suelo.

Por otra parte, los óxidos de nitrógeno emitidos por industrias y transporte dan lugar, cuando se ven sometidos a radiaciones solares intensas y prolongadas, a ozono troposférico. Y este ozono troposférico constituye un peligroso contaminante dada su gran reactividad, al contrario del ozono estratosférico, al que nos referiremos seguidamente, que forma una capa protectora por su capacidad de filtrar las radiaciones ultravioleta.

Pero quizás el más grave problema, asociado a la contaminación, al que se enfrenta la humanidad en el presente, sea el peligroso desarreglo climático que se deriva del incremento de los gases de efecto invernadero, como el CO2, provocado por el uso de combustibles fósiles y la deforestación (McNeill, 2003; Lynas, 2004; Balairón, 2005; Duarte, 2006; Menéndez y Moliner, 2011).


XDCX: mucho texto xdxd
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