Como nos vemos a nosotros mismos en un corto, mediano y largo plazo.
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amigos
Explicación:
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Lo que nos convierte en lo que somos no es lo que sabemos, sino lo que no sabemos de nosotros mismos.”
Sigmund Freud.
La autoestima se define como la valoración que tenemos acerca de nosotros mismos; influye en todos los campos de nuestra vida ya que determina la forma en que percibimos los eventos así como la fortaleza para la realización de nuestras metas y sueños.
La forma en que nos vemos a nosotros mismos, se crea a lo largo de nuestra historia mediante la incorporación de las sensaciones y experiencias. Desde nuestra infancia vamos aprendiendo a descifrar y predecir el mundo que nos rodea para sentirnos seguros. Es determinante nuestros primeros años sin embargo, existen maneras de mejorar nuestra autoestima y como consecuencia cambiar el rumbo de nuestras vidas y nuestras relaciones en el aquí y ahora.
Explicación:
Entre las metas a corto, mediano y largo plazo, las primeras son la base de los objetivos de cualquier negocio o empresa. Ellas son el punto de partida para que las metas más ambiciosas, a medio o largo plazo, sean factibles. Responden siempre a algo prioritario en nuestro negocio. Por eso, las metas a corto pueden ser las actividades pautadas a diario, a un mes vista o de manera trimestral.
Ejemplo de metas a corto.
Tenemos un producto que comercializar. Debemos:
Estudiar las posibilidades de mercado.
Asignarle un logotipo.
Estudiar la competencia.
Posicionarlo en la escala de precios deseada.
Las metas a corto, como ves, solemos ejecutarlas en una fecha concreta, y sirven de cimiento para las metas que nos planteamos a más largo tiempo.
Las metas a medio plazo
Suelen ser fruto de haber implementado correctamente las metas a corto plazo. En el ámbito empresarial, suelen ser objetivos anuales o bianuales.
Ejemplos de metas a medio plazo:
Aumentar la facturación un porcentaje determinado.
Abrir nuevos mercados en zonas específicas.
Agilizar la vertiente online de la empresa.
Las metas a largo plazo
En el ámbito de negocios o empresarial, que es en el que nos movemos, las metas a largo plazo constituyen el punto de mira en el que vemos nuestro proyecto dentro de cinco o diez años.
Ejemplos de metas a largo plazo.
Quiero ser un referente en mi sector.
Quiero tener presencia en todo el mercado iberoamericano.
Quiero haber sacado dos líneas paralelas de mi negocio.
Vale la pena poner de relieve, cuando hablamos de metas a largo plazo, es que es en este estadio donde vamos a tener el resultado de toda nuestra actitud, en cuanto a cumplir pequeños objetivos de manera sostenida. La autodisciplina, la resiliencia, todos los conceptos de los que hablábamos al inicio de este artículo, ahora van a mostrar el poder que han tenido durante todo este largo proyecto, liderado por ti o por tu equipo. Son conceptos absolutamente básicos. Sin un esfuerzo sostenido, las metas difícilmente se lograrán.
Aquí adquiere suma importancia la continua formación y autoformación. El mundo empresarial es variable, cambiante y poliédrico. Aunque tengamos muy clara nuestra línea de negocio, no podemos permanecer al margen de todo el marco empresarial en el cual nos movemos, a corta, media o larga distancia. Por ello, es clave dotarnos de manera continua de herramientas prácticas i/o metodológicas.
Algunas pistas para lograr nuestras metas a corto, medio y largo plazo
Imagina la estrategia diaria tuya y de tu equipo: metodología de trabajo, periodicidad de reuniones, horario, formación, visitas a clientes…
Controla semanalmente como se van cumpliendo tus objetivos a corto, medio y largo plazo, mediante una agenda. Anota tus logros. Te ayudarán a continuar. Si has tenido algún fracaso, no te desanimes: los escollos son absolutamente normales cuando se está persiguiendo un objetivo.
No hace falta que empieces o finalices tus metas en fechas señaladas en el calendario. Cualquier día, si es el que tú eliges, es el adecuado.
Concreta tres o cuatro metas a largo plazo y esboza tres o cuatro caminos para conseguir cada una de ellas. Si solo tenemos una meta y una manera de conseguirla y, por circunstancias ajenas a nosotros se nos hace imposible llevarlas a cabo, nos quedaremos sin alternativa. Evita eso.
Y, por último y muy importante: todo lo que determines que vas a hacer, pregúntate previamente si te hará feliz. Eres el único que puede responder sinceramente a ello. Metas sin felicidad ni sensación de bienestar no son metas.