Ciencias Sociales, pregunta formulada por jhoszevallos880, hace 9 meses

como nos reconciliamos con nosotros mismos ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por julianavargas987
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Respuesta:

HACER LAS PACES CON UNO MISMO...

Nuestro mundo está repleto de mensajes que promueven el malestar hacia nuestros cuerpos, nuestra apariencia, nuestra cotidianidad y nuestra vulnerabilidad a través de una felicidad de cartón piedra basada en unos atributos superficiales y, además, inalcanzables.

Imágenes de vidas imposibles que no tienen nada que ver con nuestras vidas, con nuestro entorno y que, sin embargo, van ligadas indefectiblemente a la palabra felicidad.

ABANDONANDO EL EGOCENTRISMO

Pero a pesar de estas estrategias el malestar persiste... porque la plenitud no puede enraizarse ahí, poco importa con qué metáforas tratemos de encolarla. El ruido infinito de estímulos y contraestímulos solo nos aleja cada vez más de la comprensión profunda del mal que nos enferma, que nos mantiene en una rueda sin fin por perseguir un ideal de vida ficticio.

AMPLÍA TU MIRADA: TODO LO BUENO Y LO MALO

Desmonta la lógica de la resignación. Tu cuerpo es útil, cada cuerpo lo es a su manera. Con sus habilidades concretas, con sus sufrimientos, con sus carencias. Pero es tu cuerpo: todo lo bueno y todo lo malo de la vida te ha ocurrido a través de él.

Desmontar la lógica de la resignación ante los cuerpos reales es agradecerle a nuestra corporalidad todo el placer, la alegría y la vida que nos proporciona cada día. Y acompañarlo en todas sus carencias. Perdónate a ti mismo.

APRENDE DE TUS CARENCIAS PARA ENTENDER EL MUNDO

Cada dificultad que vivimos nos acerca a él, a las dificultades que atraviesan las demás personas, a sus dudas, a sus conflictos y a sus estrategias para lograr salir adelante. No hay enseñanzas en la invulnerabilidad, porque no está al alcance del mundo. Es al caer cuando estamos presentes en lo que somos, y es desde ahí desde donde generamos los vínculos sanadores.

QUIÉRETE POR SER PARTE DE ALGO MÁS GRANDE

El individualismo genera una carencia insalvable, que es la carencia de mundo. El entorno nos lleva a autorreferenciarnos, a concentrarnos tanto en nosotros mismos, en nuestro yo individual, que solo encontramos vacío.

La carencia no se resuelve generando dependencias que nos hagan creernos dignos de amor, sino saliendo del ensimismamiento, rompiendo las barreras que nos separan del mundo, y comprometiéndonos con el todo. El sentido de la propia estima y valía nace de nuestro compromiso con el mundo y de la consciencia de ser, a la vez, prescindibles y únicos.

CUIDA DE TI EN UN ENTORNO ENLOQUECIDO

Desconectarnos de la hiperconectividad, cerrar las ventanas que nos abocan a la vorágine y abrir espacios de cuidado, de lentitud, de gratitud. Apagar la televisión, cerrar las redes, darnos un respiro.

Reconciliarnos con nosotros, celebrarnos y celebrar el mundo minúsculo, el mundo intangible de los vínculos, de la compañía desinteresada, del compromiso con las necesidades ajenas y las propias, de la generosidad sin más, sin esperar y sin diluirnos en ella.

Explicación:

El principio de todo es aceptar la realidad, tal como es. La vida fluye permanentemente y en su discurrir nos deja un sinnúmero de experiencias que constituyen nuestro conocimiento. Este conocimiento se refiere a nosotros mismos, a otros y a todo cuanto nos rodea. Las experiencias pueden ser estimulantes, divertidas y trascendentales y esto otorga un plus de sabiduría a nuestra existencia.

También hay experiencias dolorosas, porque desde el principio la vida también está hecha de carencias, frustraciones e imposibles. Cuando esto no se logra asumir, despierta en nosotros temores, desconfianza y pesimismo. De hecho, terminamos culpándonos. Así, si llegamos a eso, es indispensable encontrar la manera de reconciliarnos con nosotros mismos.

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