COMO MODIFICA EL NEOLIBERALISMO LA VIDA DE LA SOCIEDAD
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Resumen:
El neoliberalismo es una forma particular del capitalismo globalizado. No es nada específicamente nuevo, pues sus fundamentos son los mismos que estudiaran Marx y Engels 150 años atrás. Es decir: es un sistema basado en la explotación del trabajo asalariado a partir de la propiedad privada de los medios de producción. Pero hoy, con un planeta absolutamente globalizado, los capitales se evidencian dominadores casi absolutos de la escena político-social, con su consiguiente influencia ideológico-cultural. La idea respecto a que no existe nada más allá del modelo de democracia de mercado se pretende totalmente válida; ello, con la caída de las primeras experiencias socialistas del siglo XX, se presenta con fuerza avasalladora. De esto se desprende la actual ideología dominante, centrada en un individualismo cada vez más acrecentado, atravesado por una irrefrenable tendencia consumista, despreocupación por asuntos sociales y una ética del triunfo personal. Las nuevas generaciones, criadas en forma creciente en ese caldo de cultivo cultural, bombardeadas de continuo con las nuevas tecnologías de información y comunicación que fomentan la salida personal por sobre todas las cosas, junto a una cierta forma de hedonismo al par que un conformismo político, son las abanderadas de esa ideología. En modo alguno se puede decir que “todo tiempo pasado fue mejor”, pero no caben dudas que el momento actual abre interrogantes preocupantes sobre la posibilidad de cambios sociales. En ese sentido, el llamado neoliberalismo, más que una fórmula económica, parece un programa civilizatorio. De ahí la trascendencia de plantearse alternativas al modelo dominante.
Palabras clave:
neoliberalismo, globalización, medios de comunicación, ideología, control social.
Neoliberalismo y globalización
Lo que hoy día conocemos como “neoliberalismo”, siempre asociado a la idea de globalización, es una forma que el sistema capitalista adquirió entre los años 70 y 80 del siglo pasado, surgido como doctrina en los llamados países centrales, en el que retoma la iniciativa económica, política, militar e ideológico-cultural que había ido perdiendo a través de décadas de avance popular. Los años 60/70 marcaron un alza significativa de las luchas anti-sistémicas, con distintas expresiones de rechazo que van desde organizaciones sindicales combativas hasta movimientos campesinos organizados, el desarrollo de guerrillas de orientación socialista hasta la aparición de un ala progresista de la Iglesia Católica surgida luego del Concilio Vaticano II y su opción preferencial por los pobres, el rechazo a la guerra de Vietnam y el movimiento hippie llamando al pacifismo y el no-consumismo al Mayo Francés como fuente inspiradora de protestas, el auge de los procesos de liberación nacional en África al impetuoso avance de los movimientos feministas y de liberación sexual, la mística guevarista que va marcando esos años así como el auge de un espíritu contestatario y rebelde que se expande por doquier. Vale recordar que para los años 80 del siglo XX, al menos un 25% de la población mundial vivía en sistemas que, salvando las diferencias históricas y culturales existentes entre sí, podían ser catalogados como socialistas (Unión Soviética y el este europeo, China, Vietnam, Corea del Norte, Laos, Camboya, Cuba, Nicaragua, muchos países africanos de reciente liberación, etc.).
Ante todo esto, para el sistema capitalista dominante entendido como unidad global y monolítica, más allá de diferencias y pujas intercapitalistas, se prendieron las luces rojas de alarma. El llamado neoliberalismo fue la reacción a ese estado de cosas. Los Documentos de Santa Fe* (elaborados por los más ultraderechistas tanques de pensamiento neoconservador estadounidenses) son el complemento político para América Latina de la arquitectura económica que fija el neoliberalismo. De hecho, la primera experiencia neoliberal como tal –en alguna medida: laboratorio para lo que vendrá después– tiene lugar en el medio de una sangrienta dictadura latinoamericana: el Chile del general Augusto Pinochet. A partir de ahí, el modelo se expande por innumerables países del Sur, para llegar luego a las naciones metropolitanas. Allí, Estados Unidos bajo la presidencia de Ronald Reagan y Gran Bretaña, dirigida por Margaret Tatcher, son los países que enarbolan el neoliberalismo como insignia triunfal, para impulsarlo a escala planetaria. Sus mentores intelectuales: los austríacos Friedrich von Hayek, Ludwig von Mises (la llamada Escuela de Viena) y lo que luego se conocerá como la Escuela de Chicago, capitaneada por el estadounidense Milton Friedman y sus acólitos Chicago Boys, reflotan y llevan a un grado sumo los principios liberales del capitalismo inglés clásico.