¿ Como lo aprendido te puede ayudar a cumplir lo que prometes?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Sé consciente de tus limitaciones
Aunque parezca contradictorio, muchas personas no cumplen sus promesas porque piensan que son muy buenos cumpliendo promesas. Tienen un gran concepto de ellos mismos y perciben una realidad distorsionada que les impide tomar conciencia de aquellos momentos en los que han faltado a su palabra. Desde su propio punto de vista siempre cumplen aquello que dicen. Sin embargo, desde el punto de vista de los demás no es así.
Todo el mundo rompe alguna promesa de vez en cuando. Empieza a darte cuenta que tú también lo haces y trata de identificar esas situaciones de ahora en adelante con el fin de mejorarlas en el futuro.
2. Piénsatelo dos veces antes de prometer algo
Es curioso cómo muchas personas tenemos problemas de autoconfianza o seguridad. Sin embargo cuando se trata de hacer promesas ocurre lo contrario. Pecamos de un exceso de seguridad en aquello que decimos. Y si además prometemos algo un sábado por la noche, la seguridad se eleva exponencialmente. Cuando salía de fiesta con mis amigos, teníamos la costumbre de organizar algo para el día siguiente antes de volver a casa. Por ejemplo quedar a las 8 de la mañana para ir a pescar después de cerrar la discoteca a las 6. Núnca se levantaba nadie. Sin embargo en el momento de prometerlo podríamos haber jurado ante la Biblia que sí lo haríamos. Seguro que alguna vez te ha ocurrido algo parecido.
Explicación:
Dame Coronita Plisss (☞゚ヮ゚)☞
Respuesta:
La confianza es la base para construir relaciones personales o profesionales sólidas. Dicha confianza no surge de la noche a la mañana. Todo lo contrario. Ganarte la confianza de las personas que te rodean es un proceso largo que requiere trabajo y constancia por tu parte. Y la clave para ganarte esa confianza reside en la habilidad que tengas para cumplir aquello que prometes.
Cuando cumples tus promesas conviertes el momento presente en una extensión perfecta y continua del pasado. Cuando cumples tus promesas de forma constante, consigues que tus palabras sean un reflejo de aquello que va a suceder en algún momento del futuro.
Por el contrario, cuando no cumples tus promesas tu palabra pierde valor. Provocas una discontinuidad entre lo que dices que sucederá y lo que realmente acaba sucediendo. Las personas que te rodean pierden la confianza en lo que dices y por extensión pierden la confianza en ti.
Muchas veces prometemos cosas por quedar bien en el momento presente, y no nos damos cuenta que cuando pasa el tiempo y no las cumplimos, quedamos peor que si no hubiéramos prometido nada inicialmente. Más vale no prometer que prometer y no cumplir. Cuando no prometes algo tu palabra está intacta. Por el contrario cuando prometes y no cumples, tu palabra sufre un daño irreparable.