como llegó la musica tropical a colombia
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De manera unánime la llamada música guasca, es un apelativo que se utiliza para referirse a la música campesina o montañera practicada desde hace más de 70 años por la población campesina del departamento de Antioquia.
En cuanto al nombre, un bando de los investigadores afirma que puede provenir de “guascas”, como les decían a los campesinos en la década de los 30. Otros, por su parte, prefieren la hipótesis en la que se sostiene que su nombre proviene de las plantas con las que se fabricaban unas cuerdas muy fuertes con las que amarraban las bestias.
Aunque el origen es incierto, el caso es que durante las décadas de los años 30 y 40 el influjo del cine y la música mexicana ejercieron una influencia trascendental en las costumbres de los campesinos antioqueños.
Fue así como se dieron a la tarea de hacer sus propias versiones de corridos, rancheras y huapangos. De la misma manera, las primeras manifestaciones de música guasca o carrilera –nombre dado por los vendedores que la distribuían en el Ferrocarril de Antioquia- también sufrieron una fuerte influencia de tangos y milongas argentinos, así como valses y pasillos ecuatorianos.
Los Madrugadores, Lydia Mendoza, las Hermanas Padilla, el Dueto Azteca, Los Trovadores Tamaulipecos, Jorge Negrete y Carlos Gardel, sonaban en las máquinas traganíquel, en la radio y en las versiones toscas y crudas de músicos espontáneos colombianos que las asimilaron a su manera.
Con la llegada de la cruenta Violencia a mediados de los años 40 del siglo pasado, la migración de campesinos a las ciudades, traía consigo sus músicas y, en algunos casos afortunados, lograron grabarlas con la venia de algunas emisoras como Voz de las Américas de José Nicholls Vallejo.
Allí se emitían programas como Gusquilandia, Amanecer Campesino y De pueblo en pueblo en los cuales sonaban Los Relicarios, Los Hermanos Palacio, Los Trovadores de la Vega, Los Cuyitos Los Dominicanos, entre muchos otros.
A partir de los años 70 la guasca se popularizó en todo el departamento. Aparecieron más tarde personajes cruciales como Las Hermanitas Calle, Darío Gómez, Luis Alberto Posada y El Charrito Negro, quienes dejaron a un lado la tosquedad para interpretar la guasca con cierta sofisticación que intensifica esas letras desgarradas de engaños, despechos, celos y traiciones.
Edad de oro
La edad de oro de la música tropical colombiana se vivió en toda la década del 50 y gran parte de los 70. Este gran despliegue musical vino de la mano con el crecimiento de la industria fonográfica nacional que tuvo en Medellín uno de los principales centros de producción.
Sonolux, Silver, Zeida (luego Codiscos), Ondina, Victoria y, por supuesto, Discos Fuentes -que se mudó a Medellín en 1954- contribuyeron no solo a popularizar las grandes orquestas (Lucho Bermúdez, Edmundo Arias, Clímaco Sarmiento, Pedro Laza, Pacho Galán), sino a dar a conocer en el interior ritmos como la cumbia, el porro y el fandango.
De los cientos de experimentos sonoros que se llevaron a cabo en el laboratorio de Discos Fuentes, Los Corraleros de Majagual es uno de los más afortunados. Por recomendación de Antonio Fuentes, en 1961, siguiendo el ejemplo de la Sonora Matancera, se dieron cita algunos de los músicos caribeños más versátiles y desvergonzados: Alfredo Gutiérrez, Calixto Ochoa, César Castro, Eliseo Herrera, Lucho Pérez, Chico Cervantes y Nacho Paredes.
En sus primeros años Los Corraleros incursionaron con ritmos foráneos como la guaracha, el twist, el bolero y el merengue dominicano que mezclaron ingeniosamente con la tradición musical de las bandas pelayeras, la cumbia y la gaita. De allí el sonido corralero que se convirtió en una de las etiquetas más populares de Discos Fuentes.
Tradición, innovación, vanguardia y baile se conjugaron en los célebres Corraleros de Majagual que también experimentaron con el ritmo panameño del guararé y la salsa.
Paralelo al esplendor de Los Corraleros, otra aventura musical se fraguó con la complicidad de Discos Fuentes. Se trató del nacimiento del sonido tropical paisa en manos de los Teen Agers, los Golden Boys, los Falcons y Los Hispanos y Los Graduados.
Se trataba de jóvenes entusiastas que empezaron a tocar rocanrol para luego decantarse por los sonidos del Caribe colombiano. La mezcla –no ajena a los afanes comerciales y cierta ingenuidad- resultó uno de los capítulos más controvertidos y recordados de nuestros sonidos tropicales. Con el apellido de chucu- chucu, el sonido paisa es patrimonio de las fiestas populares en Antioquia, región en la que significa alegría, nostalgia y desenfreno decembrino.
La historia de la música tropical se remonta a los tiempos en que los conquistadores españoles y portugueses llegaron a América a partir del siglo XVI, trayendo a nativos africanos como esclavos empleados como sirvientes y para realizar trabajos pesados. Los primeros contingentes africanos llevados por los españoles al continente americano llegaron desde Sevilla y el puerto de Cádiz, entrando y asentándose en los principales puertos del Nuevo Mundo, como Veracruz en México, La Habana en Cuba y sus vecinos cercanos República Dominicana (primer país descubierto del Nuevo Mundo), Cartagena de Indias en Colombia y varios puertos venezolanos así como Panamá, la actual Jamaica y el Brasil. Desde todos estos países se han generado los diversos ritmos musicales que se encasillan en el término "tropical" derivado a que se gestaron en el área de los países que forman parte del "Trópico" eje imaginario central de rotación de la tierra en América.
La población de esclavos africanos creció ya que la corona española demandaba más mano de obra fuerte en las minas y construcción en las Antillas, extendiendo a países como Cuba, México, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Jamaica entre otros, trayendo consigo su cultura, religión y música desde países como Nigeria, la actual República del Congo, y diversas etnias africanas como los Mandinga, de Gambia, Nueva Guinea, Malí y Costa de Marfil. La mayor parte de las concentraciones negras en cada uno de estos países se asentó sobre sus costas. Una vez abolida la esclavitud en los distintos países gracias a la caída de la corona española y movimientos de independencia en el siglo XIX se emanciparon hasta lograr una identidad propia y un mestizaje con los nativos americanos, dando origen a las comunidades afroamericanas, como los afrocolombianos, afrocubanos, afroperuanos, afrobrasileños etc.