Como influyo el encuentro con entre los rasgos de los aztecas y españoles para la diversidad cultural de México
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Para entender y valorar lo que son hoy la relaciones diplomáticas, económicas, sociales y de mutuo conocimiento entre España y México, bueno será atender a la historia. Esta nos lleva a plantearnos una primera pregunta: ¿Cuándo y cómo se iniciaron dichas relaciones? ¿La llegada y la conquista consumada por Hernán Cortés marcó el inicio de ellas?
A esta pregunta se han dado respuestas diferentes y opuestas entre sí. No han faltado quienes estén por la afirmativa. Para éstos, la relación de México con España se inició cuando Cortés invadió el imperio de Moctezuma, al que venció y sobre cuyo pueblo y territorio impuso el yugo español.
Diferente es la respuesta de otros. La relación México-España no se inició con la Conquista porque lo que hoy entendemos como México no existía aún. Los aztecas o mexicas, si bien eran tardíos herederos de la gran civilización mesoamericana con más de 2.500 años de antigüedad, eran un grupo relativamente pequeño que, por la fuerza de las armas, se había impuesto sobre un cierto número de pueblos. Muchos de ellos hablaban lenguas diferentes y tenían rasgos culturales en varios grados distintos.
Para los primeros –los que postulan una continuidad entre los aztecas y el México moderno–, la historia de las relaciones entre éste y España tuvieron un comienzo de brutal agresión, del que se siguieron toda suerte de antagonismos y rechazos. Quienes así interpretan la historia suelen asumir una actitud hostil frente a España y lo español. En cambio, para los que no reconocen la continuidad política, cultural y lingüística entre la nación azteca y el México actual, la realidad ha sido muy diferente. Coinciden muchos de ellos en que la cultura azteca y, más ampliamente, la de todos los pueblos que a través de milenios se asentaron en el territorio de lo que hoy es México, constituyen antecedentes muy estimables, más aún, admirables, que han dejado una impronta en el ser de los modernos mexicanos. Pero reconocen a la vez que en éstos existen también numerosos rasgos y elementos de origen hispánico. Entre ellos perciben la vigencia de la lengua española hablada por la inmensa mayoría; una visión del mundo de raíz cristiana, con sus fiestas y conmemoraciones, así como un sinfín de referentes de origen europeo. Se muestran además conscientes de que el México de hoy es resultado de fusiones étnicas principalmente entre indígenas y españoles y, en menor grado, con otras gentes de origen también europeo, africano y asiático.
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