¿Cómo influye la normativización en la corrupción?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Problemas actuales de política criminal
Anuario de Derecho Penal 2015-2016
El lobby y la corrupción política
Marcial Eloy Paúcar Chappa
1. Introducción. 2. El lobby o la gestión de intereses:
Aproximaciones conceptuales. 3. El lobby y las zonas
indeterminadas. 3.1. El financiamiento de los partidos
políticos: la relación entre corrupción y política. 3.2. La
relación entre política y derecho penal: precisiones
conceptuales. 4. El derecho penal del enemigo y los delitos
de corrupción. 5. El tratamiento penal y administrativo del
lobby. 5.1. La ley del lobby: una valoración crítica. 5.2. El
delito de tráfico de influencias. 5.3. El delito de colusión.
6. El concepto de rol como propuesta de solución.
1. Introducción
El presente trabajo tiene como objetivo, en primer lugar, desarrollar los principales
elementos que componen la actividad de gestión de intereses o lobby, así como
algunas actividades afines como el financiamiento de partidos políticos. En
segundo lugar, se abordarán supuestos problemáticos asociados a los favores
políticos y a la gestión de intereses o lobby en el escenario de la corrupción política.
En tercer lugar, se explicarán las razones que justifican un cambio en el tratamiento
Marcial Eloy Paúcar Chappa
dogmático y normativo de delimitación penal y administrativa, a efectos de que
las actividades de los políticos y altos funcionarios puedan desarrollarse de manera
adecuada durante las gestiones de intereses que se den en el escenario político y
económico de un país.
2. El Lobby o gestión de intereses:
aproximaciones conceptuales
Esta es, quizás, una de las actividades que más debate ha suscitado en el ámbito
de las principales contrataciones y adquisiciones del Estado. Se le denomina
comúnmente lobby (Yadav, 2011, p. 24), término anglosajón1
que significa
«vestíbulo» o «sala de espera». En este sentido, se le define como un colectivo
de sujetos, con intereses comunes, que ejecuta acciones orientadas a mediatizar
o influir ante la administración pública con el objetivo de promover decisiones
favorables a los intereses del sector social que representan.
En principio, podríamos afirmar que la actividad del lobby es legítima, ya
que lleva ante el poder político las posiciones e intereses de los involucrados
en las decisiones de los poderes públicos. Precisamente por ello, en los últimos
tiempos se han previsto y formulado avances importantes en su normativización,
lo que contribuye a su transparencia y normalización. En ese sentido, es posible
afirmar que la actividad de gestión de intereses, propios o de terceros, tiene una
naturaleza jurídica (administrativa, penal, y civil), política y económica, pues su
desenvolvimiento se suscita de forma conjugada en estos espacios para concretizar
sus objetivos.
Ahora bien, es indiscutible que en algunos países como Italia, Francia y
España, se han descubierto sistemas gigantescos de corrupción que involucran a
funcionarios, políticos y miembros de los sectores vinculados a las finanzas y la
economía, llegando a constituir una especie de Estado paralelo que se desplaza
a sedes extralegales y extra institucionales y es gestionado por las burocracias de
los partidos y por los lobbies de los negocios, cada uno con sus propios códigos y
pautas de comportamiento (Ferrajoli, 1995, p. 15).
Una posición escéptica sobre esta actividad critica la indefinición de límites y
mecanismos de ejercicio, así como los excesos que esto puede desencadenar sobre
1 Al respecto, debemos indicar que la actividad del lobby tiene una vasta tradición en Estados Unidos,
país donde su práctica ha sido graficada como una relación de colaboración necesaria entre la
sociedad civil y los grupos políticos para el ejercicio transparente y eficaz de la política. Incluso en
Europa, la Comisión Europea, órgano rector del Gobierno de la Unión Europea, creó en el año
2008 un Registro de Grupos de Interés (de lobbies), luego de un intenso debate en el Parlamento
Europeo sobre el tema
Explicación:
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