Historia, pregunta formulada por Valentinososa, hace 6 meses

¿Cómo impacta esta crisis en América Latina y cada uno de los países?


Valentinososa: hablo de la crisis del 29/30

Respuestas a la pregunta

Contestado por albanroxana11
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Respuesta:

Los países latinoamericanos han sufrido frecuentes crisis asociadas a la volatilidad financiera. De las registradas en los últimos tiempos, la mayor fue la de los 90, aunque posteriormente, con menos espectacularidad, se sintió el contagio de la crisis asiática durante todo un sexenio.

Después de la breve crisis de 1995 (la llamada «crisis del tequila»), el retorno de abundantes flujos de capitales a América Latina en el periodo 1996-1997 permitió, una vez más, una mejora simultánea de la actividad económica y la estabilidad de precios. Se volvió a generalizar –en las instituciones financieras internacionales, en Wall Street, en las evaluadoras de riesgo, en los analistas financieros, los bancos centrales y muchos gobiernos– la opinión de que las reformas habían funcionado. Sin embargo, la inversión productiva seguía baja, se había registrado una apreciación sustancial del tipo de cambio que castigaba la producción de transables y se observaban crecientes déficit externos. El resultado fue el ingreso en nuevas zonas de vulnerabilidad. En 1998, cuando la crisis asiática golpeó a América Latina, la región sufrió un ajuste recesivo, sobre todo en América del Sur, con salidas masivas de capitales y fuertes depreciaciones cambiarias. Surgieron entonces brechas del producto recesivas que se mantuvieron durante un sexenio. Esta brecha recesiva implica una reducción de la productividad total real de los factores, la caída del PIB y una dinámica que frena la inversión en capital físico y humano. Es decir, el presente y el futuro empeoran y se debilitan las posibilidades para el desarrollo productivo y la equidad.

En consecuencia, entre 1998 y 2003, el PIB regional creció apenas 1,4% al año, menos que el aumento de la población. Esto, a su vez, generó repercusiones en el empleo: la tasa media de desempleo en América Latina después del contagio de la crisis asiática oriental aumentó en tres o cuatro puntos porcentuales en el periodo 1999-2003, en comparación con 1997. Esta es una de las ineficiencias más flagrantes en la asignación de recursos: asignarlos a la cesantía. Su corrección requiere reformas en el diseño de las políticas macroeconómicas nacionales y en la arquitectura internacional.

En los años siguientes se revirtió el ciclo. Desde fines de 2003, se registró una vigorosa reactivación, con un crecimiento de 5,5% del PIB latinoamericano en el periodo 2004-2007. El cambio positivo fue abrupto, con un salto del PIB de 6,1% en 2004, que contrastaba claramente con el 1,4% promedio del sexenio anterior. No medió ni un auge previo en la inversión productiva ni una brusca revolución tecnológica. La fuerza motora de la reactivación fue el shock externo positivo, principalmente de los términos del intercambio. Cabe aclarar de todos modos que, si las economías nacionales no hubiesen estado en equilibrio macroeconómico, no podrían haber respondido tan positivamente. Esto prueba la intensidad de su desequilibrio en los años anteriores, con una gran brecha entre el PIB efectivo y el PIB potencial7. La holgura de fondos externos, basada en una mejora de 25% de los términos del intercambio, generó fuertes superávits en los balances externos, una importante reducción de la deuda y significativas acumulaciones de reservas internacionales. En el ámbito social, se elevó el porcentaje del PIB destinado a gasto social, se redujo la tasa de desempleo y cayó la pobreza8. Todas estas fortalezas contribuyeron a reducir vulnerabilidades frente a eventuales shocks externos negativos. Así, se generalizó la idea de que América Latina podía desacoplarse de crisis externas9.

La crisis externa estalló a mediados de 2007. Un año después, parecía confirmarse la hipótesis del desacople, pues la región mantenía el ritmo de crecimiento de los años recientes. Pero, tal como sucedió con el contagio de la crisis asiática, esta vez también llegó con rezago. Y llegó, no obstante las fortalezas generadas. Sin duda, las fortalezas constituyen un valioso activo, ya que han permitido implementar políticas fiscales contra cíclicas y moderar las depreciaciones cambiarias. Cabe destacar que también en América Latina se evitó el pánico. Hoy la región enfrenta una crisis «bajo control». No obstante, los países latinoamericanos vienen sufriendo impactos recesivos y regresivos desde mediados de 2008. Las proyecciones más recientes indican una caída del PIB del orden de 2% para 2009.  

Explicación:

espero que te sirva


Valentinososa: Gracias compa
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