Cómo imaginan que un soldado describiría en una carta
Esas vivencias?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La vida de millones de jóvenes europeos quedó en suspenso en las trincheras. Allí, en agujeros en la tierra (incómodos, no como el de Bilbo Bolsón), algunos de ellos pasaron cuatro años entre el cieno, las ratas y los muertos. Cuando a finales de 1914 ya no había esperanzas de acabar la guerra en pocas semanas, los soldados comenzaron a cavar el que fue su hogar durante casi toda la guerra.
Lo normal era excavar tres líneas de trincheras; la primera que recibía y lanzaba los ataques, la segunda que apoyaba con hombres y suministros a la primera y la tercera, 300 metros tras la segunda, donde se situaba la reserva del ejército. Con estas tres líneas el enemigo lo tenía muy complicado para avanzar, pero vivir en las trincheras tampoco era sencillo.
Días fríos y aburridos
La vida diaria cambiaba mucho dependiendo de la línea en la que estuviera un soldado, y había turnos para no sobrecargar a los hombres. En la reserva la rutina era más relajada, había trabajo diario que hacer (mantenimiento y a veces adiestramiento), pero vivían sin el miedo constante al fuego enemigo. Durante la estancia en la reserva los mandos animaban a sus reclutas a asearse (algo casi inexistente en la primera línea) y a relajarse escribiendo a la familia con tranquilidad. También había tiempo para el sexo, la gran cantidad jóvenes ociosos hizo que muchos vieran un gran negocio en los burdeles. Sin embargo, los oficiales se mostraron generalmente muy estrictos por el miedo a las enfermedades venéreas entre las tropas.
Explicación:
lose porque estuve ahi