Cómo hijo práctica 2 los valores que relacionan la familia de Nazaret
Respuestas a la pregunta
1. La empatía. El niño tiene que aprender a ponerse en el lugar del otro, entender como piensan y las emociones que sienten. Es un valor necesario para la convivencia.
2. La humildad. Debe de saber que es igual que al resto de niños, no es ni mejor ni peor en ningún sentido. Vivir con una actitud humilde le permitirá conocerse mejor, valorar sus fortalezas e intentar paliar sus debilidades
Explicación:
Ahí está, espero que sea lo que estás buscando
Coronita o mínimo corazón plis
Respuesta:
1. Inclusión en lugar de exclusión
A menudo las tentaciones de exclusividad nos motivan a malgastar bienes materiales en nuestros hijos, los miembros de nuestra familia extendida, y en nosotros mismos. Al hacer esto, ignoramos el grito clamoroso de las necesidades de otros niños y de nuestras propias comunidades.
La exclusión nos puede llevar a centrarnos en las necesidades de nuestros propios hijos de tal forma que crezcan sin conocer las necesidades ajenas. De igual manera, la exclusividad puede resultar en una defensa familiar que nos mantenga alejados de la gente distinta a nosotros en el aspecto étnico, estatus económico, o inclusive en popularidad.
2. Humildad en lugar de fuerza
Las tentaciones orientadas hacia el poder incluyen la susceptibilidad al ambiente tan competitivo en que vivimos, y además, tal ambiente busca reafirmar la hombría de los varones. La necesidad de poder que experimentan muchas personas se manifiesta en un comportamiento controlador hacia la familia, en el desempeño del trabajo, o simplemente, al conducir un automóvil. La patriotería, racismo, nacionalismo, y todos los otros “ismos” que utilizamos siempre que aplastamos a otras personas, son signos claros de que necesitamos bajar la guardia.
3. Discipulado y no señorío
Quizá éste es el comentario más radical que Jesús hizo acerca de la familia. Para Jesús el Reino de Dios es para quienes abren su corazón a Dios, no para quienes abofetean a los demás. En un mundo donde la familia y el nacimiento de alguna manera condicionan tu destino, Jesús nos llama a adoptar un criterio de vida radicalmente distinto, basado no sólo en quiénes son tus padres terrenales, sino en la toma de conciencia de que se es hijo o hija de Dios.
Explicación: