¿Como
hemos
avanzado
en
los
últimos
años en el Perú?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Todos los analistas coinciden en que “la economía está bien”, pues el Perú tiene “excelentes cifras económicas”. Una de ellas es el la evolución del crecimiento económico, definido como un aumento en el Producto Interno Bruto (PIB).1 Otra, el control de la inflación y de las finanzas públicas (aquí existe un superávit fiscal, es decir, el gobierno ha ahorrado en el primer semestre).
Sin embargo, lo que nos preguntamos es ¿por qué no se reflejan en una
mejora en el bienestar? ¿Cómo puede coexistir semejante evolución
económica con huelgas, reclamos y conflictos sociales? Más aún, de
acuerdo con información oficial, la pobreza fue 27.8% en 2011 y en el
discurso del 28 de julio, el Presidente del Perú puso la meta de 15% en
2016.2
Lo que sucede es que los resultados económicos no son un fin en sí
mismo, sino un medio, que puede servir para aumentar el bienestar. Y
digo “puede” porque hay muchas economías con buenos resultados
económicos y mediocres resultados sociales. En términos más formales,
“lo económico” es una condición necesaria pero no suficiente para elevar
el bienestar. Una economía puede atravesar por una fase de crecimiento,
medido por los aumentos en el PBI, pero no desarrollar, es decir,
aumentar la calidad de vida de la población. El crecimiento tiene una
connotación material (producir más), mientras que el desarrollo está
vinculado con el bienestar.
En paralelo debemos tener presente que gran parte del crecimiento
económico de los últimos diez años se ha debido a condiciones externas
favorables, reflejadas en altos precios de las materias primas. Sin
embargo, la historia muestra que los precios de las materias primas
están sujetos a ciclos, es decir, períodos de alza y caída. De ahí que
no se pueda sostener el crecimiento sobre la base de un factor que
depende de la economía mundial y que por ende no se controla dentro del
país. Aun así, el ciclo de precios altos de las materias primas, que
comenzó en 2002 ha permitido una tasa de crecimiento promedio anual de
5.8%, entre 2002 y 2011, la mayor en más de tres décadas. Otro factor
que ha contribuido con el crecimiento es el auge crediticio iniciado en
2005, que también tiene un límite dado por la capacidad de endeudamiento
de las familias
¿Y qué efectos tiene el crecimiento? Por un lado, si las empresas
producen más, el gobierno recauda más y por lo tanto, aumenta la
capacidad de gasto del Estado; por otro y dependiendo de los sectores
que lideren el crecimiento, genera empleo, aunque aquí cabe la siguiente
pregunta: dado el nivel educativo del Perú, ¿ existe una fuerza de
trabajo “empleable” a sueldos y salarios crecientes?
Entonces, ¿qué ocurre?; en primer lugar, el hecho que el Estado tenga
dinero como consecuencia del crecimiento, no significa que sepa cómo
gastarlo; una de las grandes reformas ausentes en los primeros doce años
del siglo es la del Estado; en segundo lugar, los efectos de las
políticas sociales no se ven en el corto plazo sino en el mediano y
largo plazo, suponiendo que hayan estado bien diseñadas e implementadas y
no alteradas por los nuevos gobiernos; en tercer lugar, existe un alto
nivel de desigualdad, no solo de ingresos sino también de oportunidades y
regional; este último problema es una característica histórica de
América Latina. En cuarto lugar, el Estado no está garantizando un
acceso a servicios básicos de calidad; educación y salud de baja calidad
son centrales para sostener el crecimiento y cruciales para elevar el
bienestar. En quinto lugar, la infraestructura es deficiente, en
especial en la conexión entre sectores rurales y los mercados. En sexto
lugar, la corrupción en instituciones básicas, como el poder judicial.
No pretendo ser más extenso en la lista, pero ¿usted cree que así es
posible desarrollar? Naturalmente que no; lo que complica más el asunto
es que aún si se comenzaran a atacar los problemas mencionados, los
resultados no se verían de manera inmediata. Como consecuencia, los
gobiernos cuando ven cómo se reducen sus niveles de aprobación, optan
por programas asistencialistas para “calmar” a la población y también
por “ceder” ante las presiones de grupos organizados; quien más presiona
a través de huelgas, obstrucción de carreteras y similares, tiene
mayores probabilidades de ser escuchado. Democracia no es igual a
desorden, pero ¿hasta cuándo serán tolerables los problemas descritos
líneas atrás? Pienso que debemos entender que lo que requerimos es una
estrategia de desarrollo y no solo de crecimiento. Y en ese aspecto la
búsqueda de la combinación de Estado/mercado es clave. Sin un Estado que
funcione, es decir, que cumpla con sus tareas básicas, no es posible
extender los beneficios del mercado. El mercado necesita del Estado.
Explicación: