como hacer un juicio moral de el caso copeva?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
El juicio ético para que tenga validez deber ser coherente, razonado. No basta
consultar las normas de moral vigentes y ceñirme ciegamente a ellas para aceptar
que voy a actuar éticamente. Por su propia naturaleza, la ética – ha dicho Gracia
Guillén – es un saber ordenado a la actuación, por lo tanto, un "saber actuar". En
otras palabras, no es lo mismo conocer la ética, que actuar éticamente. En el
ejercicio de la medicina hay situaciones morales que no pueden ser dilucidas sólo
con normas objetivas, sino que su respuesta adecuada requiere además el concurso
de la virtud y el carácter del médico, vale decir de su propia conciencia.
Recordemos a Kant: "Al hacer algo guiado por un buen sentimiento, lo hago por
deber y la acción es ética, pro si lo hago únicamente por coacción, la acción sólo es
correcta jurídicamente".
Conocer los Códigos, Juramentos y Declaraciones relativos al que hacer médico es
muy importante para el profesional que desee actuar correctamente, entendiendo
lo correcto como lo moralmente bueno. Sin embargo, ello no basta para que en
todas las situaciones de la vida práctica los preceptos consignados en esos
documentos le proporcionen la respuesta justa, precisa. Para algunos etecista, el
Juramento hipocrático y la Declaración de Ginebra, por ejemplo, han recibido
injustificada reverencia, dado que no encierran el más alto patrón ético. Esta
afirmación, de gran significado para la fundamentación de la neoética, permite
inferir que el sumum de la moral médica no reside exclusivamente en la norma
escrita, que sucede ser rígida, inflexible. Sucede que las decisiones éticas en el
campo de la salud a menudo están influenciadas más por hechos prácticos (por ej.:
intereses personales del paciente, recursos disponibles, prioridades sanitar ias) que
por losa mismos principios morales. Por eso se considera que no hay patrones
éticos incontrovertibles y que, por lo tanto, los principios pueden ser interpretados
de diferentes maneras (pluralismo moral). Aquí es donde se pone a prueba el buen
juicio del médico. Dado que en el e jercicio de la medicina están en juego cuestiones
tan trascendentes como la vida, la salud y la felicidad de los individuos, además de
intereses comunitarios, para poder actuar éticamente se hace obligatorio aguzar la
racionalidad, reflexionar con coherencia y sapiencia. Sin duda, en ética las buenas
razones son de capital importancia práctica.
Siguiendo el propósito que encierra este libro de motivar a los médicos a la
reflexión ética y de facilitar la misma, voy a detenerme en al análisis práctico de los
principios morales que han de invocarse y utilizarse en la consideración ética de
una situación dada.
En primer término, el principio de autonomía, que como ya vimos, hace referencia
al derecho moral que asiste al paciente para tomar sus propias determinaciones en
relación con su vida, su salud y su felicidad. Todo médico debe conocer el "código
moral" que para tal efecto ha aprobado la sociedad, y que contiene normas de
obligado cumplimiento, es decir, deberes prima facie, o como diría Kant,
"imperativos categóricos".
Entre estos códigos, la Constitución Nacional de 1991 en sus artículos 15 y 18
ampara, como vimos atrás la autonomía y la intimidad de la persona. Asimismo,
tanto la Ley 23 de 1981 como la Resolución 13437 de 1991 y la Ley 100 de 1993
dictan normas pertinentes. En efecto, la primera prescribe lo siguiente :
"Artículo 4º. La asistencia médica se fundamentará en la libre elección del médico,