Historia, pregunta formulada por yaninac242, hace 11 meses

¿Cómo hacen los cientificos en la actualidad para determinar que tan emparentadas estan las especies?

Respuestas a la pregunta

Contestado por luzcova27
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Respuesta:

Buena parte de las investigaciones en biología están centradas en comprender los principios de la vida para poder preservarla. Para alcanzar ese inmenso objetivo, tienen la necesidad de realizar experiencias con diferentes organismos, que en algunas ocasiones implican someterlos a sufrimiento o incluso su muerte. Para Augusto Crespi, investigador adjunto del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), matar para preservar la vida resulta a priori una contradicción: “Dentro de la comunidad científica está aceptado que una forma de comprender la vida es que se sacrifiquen individuos, y aquí, inevitablemente, surge una pregunta crucial con un fuerte componente ético: ¿qué individuos vamos a considerar como sacrificables y cuáles no?

Una científica introduce el bisturí en el animal. La estrella de mar comienza a retorcerse. Con la fuerza que le queda, se aferra con sus brazos al objeto que intenta diseccionarla en nombre de la ciencia. “Para estudiar a las estrellas de mar durante la elaboración de mi tesis doctoral, la bibliografía estipulaba que había que pasarles electricidad hasta que liberen un brazo o cortarlo  con el bisturí. Si bien la experimentación formaba parte del trabajo cotidiano, lastimar al animal me hacía sentir mal. No quería dañarlos de esta forma”, explica Tamara Rubilar, investigadora adjunta del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET).

Según indican los científicos, en especies más emparentadas con los humanos, en general, vertebrados superiores, existe mayor reparo de parte de la ciencia a la hora de utilizar individuos para experimentar. En cambio, en especies menos emparentadas, las consideraciones éticas no están tan presentes. En la actualidad (exceptuando el caso de los cefalópodos en algunos lugares del mundo) no existen protocolos o normativas que regulen los métodos que utilizan los investigadores a la hora de estudiar invertebrados marinos. ¿Por qué? Un argumento frecuente es que no hay pruebas suficientes que indiquen que el sistema nervioso de estos animales les permita percibir dolor a pesar de la presencia de nocicepción: un proceso neuronal en el que se codifican los estímulos potencialmente dañinos contra los tejidos.

“Tanto, desde el punto de vista comportamental como desde la biología molecular, existe evidencia que las la estrellas de mar pueden percibir dolor. Reaccionan ante un estímulo dañino y a su vez están presentes los genes que codifican para la nocicepción, así como también un montón de neurotransmisores que están involucrados en las acciones de dolor y que nosotros los vertebrados también tenemos. Si bien para una parte de la ciencia eso no es necesariamente sentir dolor, pregunto: ¿qué es el dolor? Es una percepción subjetiva que es difícil de corroborar, más aún en invertebrados”, comenta Augusto Crespi.

Para ambos investigadores, estos animales perciben la realidad de una forma muy diferente a la nuestra y la definición de sentir y sufrimiento que se utiliza en investigación científica está basada casi totalmente en cómo los humanos percibimos el dolor. “Desde un punto de vista evolutivo, todas las especies cuentan con diversas adaptaciones para poder garantizar su supervivencia en el medio. Dado que un organismo es capaz de sobrevivir solo si es capaz de interpretar eficazmente la realidad que habita, las adaptaciones son cruciales para que la especie se perpetúe. Los pelos sensitivos de grillo, por ejemplo, detectan frecuencias y velocidades de viento específicas que identifican a los depredadores a medida que se acercan. Existen adaptaciones sensoriales tan especiales en los invertebrados que es obsoleto utilizar protocolos para determinar si una especie siente dolor o no basados en parámetros antropocéntricos”, describe Rubilar.

Actualmente los científicos buscan métodos que permitan experimentar con invertebrados marinos sin causarles dolor o llevarlos a la muerte. “Estamos intentando identificar diferentes tipos de anestésicos y analgésicos para poder llevar a cabo nuestras investigaciones y reducir el sufrimiento del animal. No estamos pidiendo que se deje de trabajar con invertebrados, sino la posibilidad de rever algunas prácticas y a su vez proveer variables no letales que permitan obtener una respuesta del animal frente a un experimento pero que no generen daño, sufrimiento o muerte. Por ejemplo, para determinar el estado reproductivo del erizo de mar, el trabajo tradicional es hacer un corte histológico de la gónada, lo que implica la muerte del animal. En nuestro laboratorio estamos intentando determinar el estado reproductivo a través del conteo de esperma y óvulos liberados por el animal sin dañarlo”, afirma Rubilar.

Contestado por maxdelatorre
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Respuesta:

Buena parte de las investigaciones en biología están centradas en comprender los principios de la vida para poder preservarla. Para alcanzar ese inmenso objetivo, tienen la necesidad de realizar experiencias con diferentes organismos, que en algunas ocasiones implican someterlos a sufrimiento o incluso su muerte. Para Augusto Crespi, investigador adjunto del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), matar para preservar la vida resulta a priori una contradicción: “Dentro de la comunidad científica está aceptado que una forma de comprender la vida es que se sacrifiquen individuos, y aquí, inevitablemente, surge una pregunta crucial con un fuerte componente ético: ¿qué individuos vamos a considerar como sacrificables y cuáles no?

Una científica introduce el bisturí en el animal. La estrella de mar comienza a retorcerse. Con la fuerza que le queda, se aferra con sus brazos al objeto que intenta diseccionarla en nombre de la ciencia. “Para estudiar a las estrellas de mar durante la elaboración de mi tesis doctoral, la bibliografía estipulaba que había que pasarles electricidad hasta que liberen un brazo o cortarlo  con el bisturí. Si bien la experimentación formaba parte del trabajo cotidiano, lastimar al animal me hacía sentir mal. No quería dañarlos de esta forma”, explica Tamara Rubilar, investigadora adjunta del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET).

Según indican los científicos, en especies más emparentadas con los humanos, en general, vertebrados superiores, existe mayor reparo de parte de la ciencia a la hora de utilizar individuos para experimentar. En cambio, en especies menos emparentadas, las consideraciones éticas no están tan presentes. En la actualidad (exceptuando el caso de los cefalópodos en algunos lugares del mundo) no existen protocolos o normativas que regulen los métodos que utilizan los investigadores a la hora de estudiar invertebrados marinos. ¿Por qué? Un argumento frecuente es que no hay pruebas suficientes que indiquen que el sistema nervioso de estos animales les permita percibir dolor a pesar de la presencia de nocicepción: un proceso neuronal en el que se codifican los estímulos potencialmente dañinos contra los tejidos.

Explicación:

se que es bastante pero leelo y hay esta la respuesta

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