CÓMO HACE LA DEFINICIÓN DE “LENGUA MADRE” EL
ENTREVSITADO?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
mapa conceptual con los siguientes temas:
Ciencia, cultura y movimiento obrero.
Explicación:
mapa conceptual con los siguientes temas:
Ciencia, cultura y movimiento obrero.
Respuesta:En este capítulo analizaré, desde el punto de vista de los propios hablantes, lo que significa vivir en una sociedad multilingüe culturalmente compleja, con una historia de colonización conflictiva y dolorosa como la que prevalece en la zona andina. Los testimonios dejan ver cómo los entrevistados —que viven en zonas donde el castellano coexiste con el quechua o el aimara o con ambos— se construyen como sujetos multilingües y se posicionan de manera diferenciada en el campo social. Siguiendo la perspectiva de la antropología lingüística, busco la forma de hablar de la pluralidad lingüística como un fenómeno que produce lo social y es su parte constituyente e inseparable. Considero la lengua, en cuanto arraigada en el contexto y realizada en la enunciación, como elemento inextricable de la cultura. Para los fines de esta investigación, hablar de diversidad y contacto lingüísticos implica hablar de diversidad y contacto culturales. En la expresión de la identidad, por ejemplo, la lengua es un conducto semiótico entre varios.
2En los testimonios escucharemos a personas de diversos repertorios lingüísticos: desde monolingües en quechua hasta monolingües en castellano, pasando por bilingües con diferentes grados de competencia y/o pasividad en una y otra lengua. Por mi acercamiento inductivo, quiero evitar clasificar a los sujetos hablantes de acuerdo con categorías presupuestas. Estas categorías (“indígena”, “mestizo”, etc.), por un lado, suelen usarse en el discurso cotidiano andino; por otro, se han consolidado en la descripción social científica tradicional sobre la base de dicho discurso. En el presente estudio, sin embargo, los términos utilizados en los testimonios son objeto de análisis crítico y no deben ser utilizados en el discurso del analista, sino en diálogo con los datos. He aquí un caso que ilustra los efectos de la reflexividad en el proceso de la investigación. Asimismo, mi análisis de la subjetividad multilingüe no depende solamente del uso de etiquetas clasificatorias por los hablantes para llegar a una caracterización del campo social. Hay muchos otros rasgos lingüísticos y de contenido en los testiminios cuyo análisis me será de utilidad. No obstante, en los casos donde la autodefinición de “indígena” o “mestizo” la establecen los mismos entrevistados, recurro al uso de la nomenclatura para facilitar el debate.
3Como punto de partida cabe comentar la terminología para referirse a la lengua quechua. En su origen, la palabra “quechua” denominaba un piso ecológico (“valle templado”). Su uso para referirse a la lengua fue al parecer una invención de los castellanohablantes, que modificaron fonéticamente el término en “quechua” (Cerrón-Palomino 1993; Sichra 2003: 94-96). El uso de “quechua” para clasificar la lengua sería, por tanto, un calco de origen exógeno, producto discursivo de la transculturación lingüística. En las zonas estudiadas existe variación en cuanto al nombre de la lengua, cuando su designación es en quechua. En Chumbivilcas observé una alternancia entre “runa simi” (lit. “boca de la gente”), “idiomanchik” (“nuestro idioma” -sobre la base del préstamo) y “qhichwa” (“quechua”) (testimonios 4.1, 4.2). En todo el sur peruano predomina el término “runa simi”. La palabra “qhichwa” es la preferida en el quechua boliviano.
1 “Inga” se utiliza también en el quechua del sur de Colombia.
4En el Ecuador ésta se realiza como “kichwa” (“quichua” en castellano) alternando con “runa shimi”. Entre la gente mayor de Cañar encontré otras variantes: “inga” y “castilla” son términos metonímicos; “ñukanchikpa kikin rimay” (“nuestro propio habla”) y “mishu rimay” (“habla mestiza”) son perifrásticos, para referirse al quichua y al castellano respectivamente.1 En el Ecuador la penetración del llamado “quichua unificado” en el habla común ha dado lugar al neologismo “mushu shimi” (lit. “boca nueva”) para referirse a esta variedad (tema tratado en el capítulo VII). En general la palabra “simi” o “shimi” (lit. “boca”) es la glosa genérica para “lengua” en quechua. En el Ecuador, entre la generación mayor, encontré también “kallu” (lit. “lengua”) con este sentido. El semantismo de “simi” y “kallu” para “habla” se origina en la metonimia, a diferencia del término básico para “lengua” en aimara, donde “jaqi aru” significa literalmente “habla de la gente”. Las palabras quechuas para referirse a “habla” (“rimay” o “parlay”, derivado éste del castellano) solamente se utilizan de manera perifrástica en quichua (p. ej.: “qhichwa rimay”).
5El capítulo se divide en cuatro secciones: §4.1 Vivir los repertorios lingüísticos; §4.2 La relación con la lengua del “otro”; §4.3 La (no) transmisión intergeneracional de la lengua madre indígena a los hijos; §4.4 dame coronita plis ;) carita fachera facherita
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