como ha evolucionado el papel de cada uno de los factores de producción en la economía mundial
Respuestas a la pregunta
Respuesta: Los economistas clásicos consideraron que existían tres factores de producción que denominaron "tierra", "trabajo" y "capital".3 Esta división dependía en gran medida de la estructura económica típica del siglo XIX, donde el llamado sector primario era el responsable de gran parte de la producción y por tanto de la renta nacional en todos los países. Así el factor "tierra" era un factor de producción, debe entenderse que el factor "tierra" no solo debía entenderse como la cantidad de tierras agrícolas o forestales de las que se podía extraer beneficio económico, sino también recursos naturales o mineros. Así en la producción de un cierto mineral, los economistas clásicos contabilizaban que la cantidad y calidad del mineral por extraer en la mina era un factor que afectaría directamente a la cantidad producida.
Explicación:
Respuesta:¿Qué es el desarrollo económico y cómo ha evolucionado ese concepto a lo largo de los años? Se diría que su componente meramente económico es relativamente fácil de comprender. A buen seguro, la forma habitual de medir un crecimiento sostenido de la renta per cápita constituye una base conceptual y real sólida. Sería muy curioso describir el desarrollo económico en función de una disminución de la renta per cápita. Sin embargo, el incremento de este indicador, aunque necesario, no basta en modo alguno para hablar de desarrollo, ni siquiera de desarrollo económico.
Es lógico que la distribución de este incremento de renta entre la población se encuadre en el ámbito del desarrollo económico. Dos elementos esenciales de esta distribución son la desigualdad y la pobreza. Si la renta media se incrementa, pero también crece la desigualdad en su distribución, la perspectiva igualitaria calificará de negativo este último aspecto del desarrollo económico. Si también crece la pobreza, es decir, la cantidad de personas cuya renta se sitúa por debajo de un nivel aceptable, esto supondrá otra nota negativa, que contrastará con la creciente renta media a la hora de evaluar el desarrollo económico. Como es lógico, la verdadera repercusión que este tenga sobre la pobreza dependerá de la interacción entre renta media y desigualdad y de cuál de las dos fuerzas se imponga empíricamente.
Sin embargo, identificar el desarrollo económico solo con la renta es una concepción demasiado restrictiva. Seguramente también sean relevantes otros aspectos del bienestar. Por ejemplo, la educación y la salud son elementos que van más allá de la renta. Constituyen por sí solos importantes indicadores del bienestar, aunque influyan en la renta y se vean influidos por ella. Un elevado nivel de renta puede proporcionar una población formada y sana, pero una población formada y sana también contribuye a un elevado nivel de renta. En consecuencia, cualquier evaluación del desarrollo, e incluso del desarrollo económico, tendrá que tener en cuenta una gama más amplia de medidas del bienestar, no solo la renta y su distribución. También son importantes la educación y la salud, así como su distribución entre la población.
La distribución no solo tiene que ver con la desigualdad entre individuos. También es esencial considerar la desigualdad entre grupos definidos por ciertos rasgos generales. La desigualdad de género socava el desarrollo económico, ya que prescinde del potencial de la mitad de la población. En consecuencia, hay que tratar de mejorar los indicadores de desigualdad de género, porque son importantes en sí mismos y también por las aportaciones que hacen al crecimiento económico y a la forma de afrontar la desigualdad económica. Del mismo modo, las desigualdades entre grupos étnicos y regionales avivan la tensión social e influyen en las condiciones que rodean la inversión, con lo que también afectan al crecimiento económico. Es difícil separar estas dimensiones en apariencia no económicas de las estrictamente económicas. En consecuencia, el desarrollo económico también está relacionado con una concepción más general del desarrollo.
Si nos fijamos solo en indicadores que miden los ingresos procedentes de las rentas del trabajo y del capital perdemos de vista la utilización de recursos que el mercado no valora adecuadamente. De ellos, el más importante es el medio ambiente, sobre todo teniendo en cuenta las emisiones de efecto invernadero y el cambio climático. El incremento de la renta nacional, tal como suele medirse, no incorpora el precio que tiene la pérdida de recursos medioambientales insustituibles de índole nacional, ni, en el caso del cambio climático, medidas irreversibles que generan riesgos catastróficos para nuestro planeta.
La comunidad internacional ha adoptado una concepción más global del desarrollo, primero a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de 2000, y después mediante los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de 2015. Los ocho ODM se ampliaron y modificaron hasta quedar en 17 ODS, que incluyen medidas económicas convencionales como el crecimiento de la renta y la pobreza de ingresos, pero también indicadores como la desigualdad, las disparidades de género y la degradación medioambiental (Kanbur, Patel y Stiglitz, 2018). De hecho, la cristalización y el asentamiento de esta concepción general del desarrollo, e incluso del desarrollo económico, ha sido uno de los indudables avances intelectuales de la última década, y sin duda apunta en la dirección de una «nueva ilustración» respecto a la evaluación de las trayectorias de éxito. Pero, ¿cuáles han sido estas trayectorias en las siete décadas transcurridas desde la Segunda Guerra Mundial? De ello se ocupa el siguiente apartado.
Explicación:
Si quieres lo escribes todo o lo redactas
El comercio internacional se ha convertido en una sombra de lo que era
Los países han dejado de cooperar y ahora se ven como enemigos