Cómo funcionaba antes la unión de la sociedad islámica
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El Islam es la segunda religión más importante en número de creyentes: se calcula que hay más de 1.800 millones de musulmanes en todo el mundo. Esta religión surgió en la península Arábiga durante el siglo VII con el profeta Mahoma, que difundía las enseñanzas de Alá, el dios de los musulmanes.
Explicación:
Respuesta:
¿QUÉ ES? El islamismo pretende buscar en la religión, el islam, una respuesta política a los problemas de la sociedad. Y lo hace en distintos grados, desde el islamismo moderado, como podría ser el caso del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Recep Tayyip Erdogan en Turquía, al islamismo radical de los talibanes en Afganistán, que postulan un Estado donde religión y poder se funden hasta el punto de utilizar la ley islámica como marco regulador de la política, la economía, la cultura y la sociedad. Algunas de las posiciones más extremas se han teñido de fanatismo y encaminado por el sendero de la violencia. El ejemplo quizá más llamativo sea el terrorismo internacional de carácter islamista.
EVOLUCIÓN Y ORÍGENES. El islamismo surge a principios del s.XX como vía para hacer frente al colonialismo occidental y su influencia, así como al laicismo y la occidentalización propugnada por Mustafá Kemal "Ataturk", padre de la Turquía, quien suprimió el califato tras la caída del imperio otomano. El islam, elemento común de unión, se ve amenazado a ojos de algunos musulmanes. En este contexto aparecerá en Egipto el considerado primer movimiento islamista: los Hermanos Musulmanes (1928), que de la mano de su líder, Hassan Al Banna, asesinado en 1949, reclamará para Egipto un marco legal basado en el Corán.
Con el fin de la colonización a mediados del s.XX se iniciará una etapa en la que el nacionalismo laicista y panarabista toma el poder de muchos de los nuevos estados independientes. Tales son los casos de Nasser en Egipto en los 50 o del izquierdista partido Baaz en Siria e Iraq en los años 60. Durante este período, el movimiento islamista sufre la represión en algunos de ellos. En Egipto, tras el intento de asesinato de Nasser, el ideólogo islamista de los Hermanos Musulmanes, Sayed Qotb, y otros muchos correligionarios serán encarcelados. Las posturas de Qotb evolucionarán hacia el extremismo, concibiendo las sociedades musulmanas como sumidas en la ignorancia pre-islámica, considerando como legítimos sólo los estados teocráticos y defendiendo la yihad para lograrlo. Será ahorcado en 1966.
Una corriente islamista que sí que había accedido al poder era el wahabismo suní. Como el pensamiento de Qotb, se fundamenta en ideas afines al salaf o "ancestros", en referencia a los primeros seguidores de Mahoma, cuya forma de practicar la fe y vivir sería la verdadera, en un seguimiento estricto de las fuentes sagradas. Fundado en el s.XVIII por Muhammad ibn Abd al Wahhab, se convertirá en la creencia oficial de Arabia Saudí desde el s.XIX de la mano de la dinastía Saud y su ideario regirá las vidas de los saudíes e intentará extenderse por el mundo musulmán gracias a los beneficios económicos de la explotación del petróleo. El régimen, sin embargo, empezará a cuestionarse desde dentro y desde el propio mundo islamista, entre otras cuestiones, por la laxa actitud de sus dirigentes a la hora de seguir con rigor el islam y por su visible connivencia con lo occidental.
Al rechazo original al colonialismo occidental hay que añadir el fracaso de muchos de los gobiernos post-coloniales como factores del rebrote islamista. Las soluciones liberales o socialistas no logran sacar a amplias capas de la población de la pobreza o el desencanto y son vistas, por otro lado, como influencias occidentales ajenas al mundo islámico. El panarabismo y la nacionalismo laico tampoco había dado sus frutos y en ciertos sectores se empieza a percibir que sólo una reafirmación del islam, una vía propia, es el único camino. El islamismo calaba entre la población que encontraba en estos grupos el apoyo social que en muchos casos los estados no habían querido o podido desarrollar, así como un contrapoder a gobiernos de corte dictatorial que eran apoyados por Occidente. Este sentimiento se acentúa con el caso palestino. La creación de un Estado de Israel en 1947 con el beneplácito occidental y contra cuya constitución se desencadenaron diversos conflictos en la zona supone un duro mazazo para el mundo musulmán.
Y ese propio camino se andaría en Irán en plena dinámica de bloques de la Guerra Fría. En 1979 Jomeiny llevaría a cabo una revolución que derrocaría el régimen occidentalizado del sha Reza Pahlevi y convertiría Irán en una república islamista, un estado teocrático y conservador distante, sin embargo, respecto del saudí. El proyecto islamista iraní y chií contaba con una base popular, mostraba abiertamente su antipatía a Occidente y proyectaba exportar la fórmula a otros países musulmanes. Ni Estados Unidos ni la Unión Soviética dieron la bienvenida a esta nueva revolución. Tampoco lo hizo el vecino Iraq laico y baasista de Saddam Hussein, quien veía amenazada sus ansias de influir en la región y de controlar el negocio del petróleo en la zona. Iraq atacó Irán –con el apoyo militar estadounidense y el respaldo de Arabia Saudí- en 1980, una guerra que duraría ocho años y que contendría el impulso islamista iraní.
Explicación:
DENADA BRO