como fue la Organización de la ciudad y Gobierno de tikal ?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Tikal no solo fue una de las ciudades mayas más grandes y antiguas, sino también un ejemplo muy representativo del auge y la enigmática caída de esta civilización durante su período clásico, entre los siglos III y X. Procedentes del altiplano de Guatemala, los antepasados de los mayas emigraron al este (Chiapas y Tabasco, en México) y oeste (tierras bajas de Guatemala, Honduras y Belice) en el II milenio a. C. A su paso fundaron aldeas, algunas de las cuales se transformarían siglos más tarde en las primeras ciudades de la cultura maya. Una de ellas fue Tikal, situada en el corazón del bosque tropical del Petén, al noreste de Guatemala, y habitada desde 800 a. C.

Acrópolis norte en Tikal. Foto: Wikimedia Commons / Peter Andersen / CC BY-SA 2.5.
TERCEROS
Atalaya del poder
El asentamiento creció en población y extensión y, hacia 200 a. C., se construyó en una colina rodeada de ciénagas una vasta plataforma de piedra, la Gran Plaza. Sobre esta base se alzaría el núcleo de la ciudad maya, un gran complejo de acrópolis y templos-pirámide. A principios del siglo I d. C., los primeros gobernantes de Tikal establecieron en las plataformas y pequeños templos piramidales de la acrópolis norte el centro ceremonial de la ciudad, escenario de los ritos cívicos y religiosos que contemplaba el pueblo desde la Gran Plaza, mientras que la acrópolis central reunía los palacios de las clases dirigentes y los edificios administrativos. Las seis grandes pirámides de la ciudad, coronadas por templos, fueron construidas con su aspecto actual en los siglos VII y VIII y alcanzan una altura impresionante, entre 43 y 70 metros.
Aunque se han apuntado múltiples causas, el hundimiento de la civilización maya clásica sigue siendo un misterio.
Convertida en una de las más de sesenta ciudades-estado que caracterizaron la organización territorial de los mayas, Tikal alcanzó su apogeo entre 550 y 900 d. C., cuando llegó a ocupar un área de 60 km2 y tener hasta 200.000 habitantes, según algunos autores.
El yacimiento de Tikal, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979, es el mayor de América. La acrópolis norte ilustra la sofisticación de la arquitectura y escultura mayas, concebidas para servir y honrar a la teocracia gobernante. El complejo ceremonial, que llegó a tener hasta cien templos, era también el mausoleo de la nobleza dinástica. Sus miembros se enterraban junto a cerámicas y objetos de jade, obsidiana, conchas y perlas en cámaras funerarias abovedadas y pintadas.
Para exhibir su grandeza, los nuevos gobernantes reconstruían y ampliaban los templos, que ganaron altura hasta dominar el paisaje de la ciudad. Las fachadas se decoraban con estuco modelado y pintado, mientras que las anchas escaleras, donde se realizaban los rituales, estaban flanqueadas por enormes mascarones de dioses.
La historia de las dinastías de Tikal se ha podido reconstruir gracias a los textos jeroglíficos y las imágenes de los gobernantes cincelados en numerosas estelas de piedra. Plantadas en hileras dobles frente a los templos y acompañadas de pequeños altares, las estelas, que datan de entre 292 y 869, inmortalizaban y sacralizaban a los “señores divinos” que gobernaban la ciudad.
Cada ciudad-estado estaba gobernada por su propia nobleza dinástica, y todas compartían la misma herencia cultural y religiosa y una intensa actividad comercial. Sin embargo, con el tiempo, la falta de cohesión política y la disputa por el control del territorio, de las materias primas y de las rutas comerciales generaron continuas alianzas y guerras entre ellas.

El templo principal de Tikal. Foto: Wikimedia Commons / Rialfver / CC BY-SA 3.0.
TERCEROS
Un final inexplicable
Fue el inicio de una decadencia que culminaría entre los siglos IX y X con el colapso de Tikal y de las demás ciudades-estado de las tierras bajas centrales. Las dinastías gobernantes entraron en crisis, los niveles de población cayeron bruscamente y las ciudades se fueron abandonando.
Aunque se han apuntado múltiples causas, como las guerras, la superpoblación, los desastres naturales, plagas e incluso una lucha de clases propiciada por la aparición de influencias foráneas, el hundimiento de la civilización maya clásica sigue siendo un misterio. Las ciudades del Yucatán no se vieron afectadas y sobrevivieron hasta la conquista española.