como explicar la existencia de Dios y la clasificación delos derechos humanos y política
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Índice
El sello divino
El fin de la creación
La perfección del mundo creado
El gobierno divino del mundo
El argumento teleológico
El problema del mal
Desde la antigüedad, el orden de la naturaleza ha proporcionado un camino para reconocer el poder y la sabiduría de Dios, y en la época moderna, este camino se ha ampliado gracias a los grandes progresos de las ciencias.
La Iglesia enseña que podemos descubrir a Dios contemplando las cosas creadas. Ésta es la doctrina del Concilio Vaticano I, que recoge la enseñanza de San Pablo: «La misma santa Madre Iglesia sostiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana partiendo de las cosas creadas; porque lo invisible de Él, se ve, partiendo de la creación del mundo, entendido por medio de lo que ha sido hecho (Rom. I, 20)» * (1).
La doctrina cristiana nos invita a contemplar la grandeza y la bondad de Dios en sus criaturas. No rebaja a las criaturas para hacer sitio a Dios; por el contrario, son las perfecciones que Dios manifiesta a través de la creación lo que lleva a reconocerle como su Autor. Puede decirse que Dios ha puesto su firma, de mil maneras, en la creación, y que la naturaleza está sellada con un sello divino. Gran parte de la vida cristiana consiste en encontrar a Dios a través de las huellas que Dios ha dejado en la creación.
El sello divino
La afirmación del mundo creado como revelación de Dios creador se encuentra en la Sagrada Escritura * (2), en los Santos Padres y en las enseñanzas de la Iglesia.
Esta doctrina, que ocupa un lugar importante en el cristianismo, ha sido presentada de un modo particularmente vivo a través del mensaje que el Opus Dei difunde por los cinco continentes, ya que pertenece al núcleo de lo que san Josemaría Escrivá enseñó a lo largo de su vida.
En efecto, así lo recordaba Don Álvaro del Portillo en Asia, cuando alguien le dijo que deseaba escuchar de sus labios una descripción del Opus Dei: El Opus Dei no es más que un modo de buscar a Dios en las circunstancias normales de la vida, sin necesidad de huir del mundo, sabiendo que todas las cosas creadas llevan un sello divino. Me han dicho que vosotros, en lugar de firmar, muchas veces usáis un sello. Pues Dios tiene su sello característico, que ha puesto en todas las cosas. Y este sello hay que saber descubrirlo, viendo la huella de Dios en los demás hombres y también, aunque de otro modo, en los árboles, en los pájaros..... Cada vez que contemplamos la naturaleza, tenemos que percibir ese sello divino y alabar a Dios, que ha creado cosas tan grandes y tan buenas..... A esto empuja el Opus Dei: a ser contemplativos en medio del mundo, es decir, a ser personas que buscan encontrar a Dios en las circunstancias normales de la vida * (3).
En otra ocasión, preguntaron a Don Álvaro cómo enseñar a cumplir la voluntad de Dios. En su respuesta, aconsejaba aprender a descubrir el sentido divino de todas las cosas, y se refería a la costumbre japonesa de utilizar un sello propio en lugar de la firma: Dios nuestro Señor, como Creador universal, ha dejado el sello suyo en todas las cosas: en las materiales y en las espirituales. En todo está impreso el sello divino. La enseñanza de nuestro Padre es que tenemos que buscar ese sello: de este modo llegamos a Dios según el espíritu de la Obra, siendo contemplativos en medio de la calle * (4).
El espíritu cristiano lleva a ver la mano de Dios en todo, comenzando por la naturaleza. El cristiano contempla el progreso científico y técnico como algo que ayuda a conocer y amar más a Dios, descubriéndole a través del sello que El mismo ha dejado en la naturaleza.
El fin de la creación
u perfección, sino para manifestarla por los bienes que otorga a sus criaturas, el solo verdadero Dios, en su libérrimo designio, en el comienzo del tiempo, creó de la nada a la vez una y otra criatura, la espiritual y la corporal" (DS 3002)» * (5).
La gloria de Dios y la perfección de las criaturas están estrechamente relacionadas. Dios crea para manifestar su perfección y su bondad; por tanto, quiere la perfección y la bondad de las criaturas: «El fin último de la creación es que Dios, "Creador de todos los seres, se hace por fin ‘todo en todas las cosas' (I Co., XV, 28), procurando al mismo tiempo su gloria y nuestra felicidad" (Conc. Vaticano II, decr. Ad gentes, 2)» * (6).
Explicación: