Biología, pregunta formulada por armandofueltala, hace 1 año

como estamos aceptar la gente sobre el covid -19


sierrabermudezmarian: ? Escribe más claro...
candejazchu: no entendi
sierrabermudezmarian: Como estamos aceptar la gente sobre el covid -19? Mas claro...
candejazchu: osea como estamos para aceptar a la gente sobre elcovid
armandofueltala: Como estamos aceptando la gente sobre el covid -19
armandofueltala: es eso

Respuestas a la pregunta

Contestado por BL4Z3G4M3R
0

Respuesta:

En

estas dos semanas que llevamos de confinamiento, se ha evidenciado la

gran crisis de cuidados

o, mejor dicho, la necesidad que tenemos

de poner en

el centro la cultura y la economía de las cuidados

como las actividades más importantes que garantizan la

sostenibilidad de la humanidad. En estas semanas, nos hemos dado

cuenta que las personas que trabajan en el ámbito sanitario; en las

redes de transporte locales y globales; en la industria de la

alimentación y atención al público; la gestión de residuos y

habitabilidad urbana; las que se dedican a la limpieza y desinfección

de los espacios privados y comunitarios; las personas que acompañan

a las personas que por motivos de salud o que por otros

motivo tienen dificultades para organizar de manera confortable la

vida en confinamiento; las múltiples redes comunitarias surgidas de

manera espontánea, que velan y apoyan a quién vive en situación de

vulnerabilidad -no confundir con vulnerable-, entre otras, son

básicos por la vida humana.

Justo

cuando esta realidad se nos ha revelado, tenemos que sumar el hecho

que, hoy mismo, el Consejo de Ministros aprobará la suspensión de

todo trabajo remunerado que no sea considerado esencial. Y esta vez,

nos vuelve a tocar a pensar y valorar esta esencialidad

desde una perspectiva interseccional que saque a la luz la

feminización, la racialització y los sistemas de exclusión social

sobre los

que ha sido pensada nuestra economía y nuestra cultura de la

sostenibilidad.

Justamente

ayer, el

diario El País, decidió encabezar la noticia del anuncio del

paro

de la actividad laboral no esencial con

una imagen que

muestra una mujer trabajando en los campos de fresas de

Huelva.

Una mujer, fácil reconocerla, racializada

y que ha migrado. De este modo, en un intento de identificar cuáles

son estos trabajos esenciales, la noticia se apoya en la imagen de

una temporera. Ahora bien, ¿sabemos

qué hay detrás la realidad de estas mujeres y sus condiciones

laborales? ¿Sabemos

qué esconde esta imagen que tanto hemos naturalizado y que tanto

asociamos con la precariedad laboral? ¿En

qué condiciones viven las personas, la mayoría personas que han

migrado, y que acceden a esta bolsa de trabajo? ¿Sabemos,

en concreto, cuáles son las añadidas discriminaciones y violencias

a qué son sometidas las mujeres que viven en este marco laboral?

No

son pocas las informaciones que estos días han denunciado las

condiciones que viven las personas confinadas en campamentos de

trabajo de temporada. Si normalmente ya viven en campos improvisados,

en situaciones de insalubridad, en condiciones poco higiénicas e

inseguras, hay que sumar que la situación se ha agravado puesto que,

en la última semana, las fronteras europeas están más blindadas

que nunca.

Así,

además de la desoladora situación que viven personas temporeras que

no pueden iniciar el viaje de retorno a casa, también nos tenemos

que preguntar: ¿quién se ocupará de esta esencialidad? ¿Cómo se

redefine? ¿Nos damos cuenta bajo qué condiciones laborales la

protegemos ?

La

respuesta y las medidas que se llevarán a cabo para velar por el

mantenimiento de una de las fuentes de riqueza y vida más esenciales

de nuestras sociedades, que no es otra que la agricultura, no

escapará de las dinámicas coloniales, racializadoras y clasistas que tanto caractericen la historia del progresismo

europeo. Estos días, Alemania

está estudiando un sistema de contratación por qué las personas

refugiadas con quienes conviven pueda suplir el trabajo de los

temporeros y temporeras que este año no podrán llegar de Bulgaria,

Rumanía y Polonia. Países y personas estigmatizadas culturalmente y

mantienen una relación paternalista y de deuda con los países

enriquecidos. Así pues, el país, para poder dar respuesta a la

crisis que viene, promueve un sistema de contratación basado en el

abuso y la coacción pues. Enmascarado

bajo la premisa de que es un buen momento para normalizar la

incorporación laboral de las personas que piden asilo, se resolverá

el garantizar la inserción laboral de personas que ya tienen este

derecho amparado en la Declaración Universal de los Derechos

Humanos.

Así pues, a cambio de una contratación que todo el mundo reconoce

como dura, temporal y precaria, la recompensa será el poder decir:

«ya formo parte».

En

esta situación que vivimos, ¿como

estamos redefiniendo el esencial? ¿Qué

medidas aplicamos por qué esta esencialidad

seas digna? ¿Será este, el

tiempo de repensar como las sociedades nos re-estructuramos a favor

de una vida más sostenible, que ponga la vida y los cuidados en

el centro, y que tenga la capacidad de pensar en comunitario? O, por

el contrario, ¿toda

resolución y recuperación de

este momento

estará al servicio, otra vez, de unas estructuras

unidireccionales, verticales, extremadamente competitivas, clasistas

y neo-coloniales?

Explicación:

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