como esta la situación
de los colones hoy en día un resumen
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El primer encuentro del colono con su parcela solía ser un día de fiesta y a veces se realizaban celebraciones. El primer contacto con la tierra dejaba su impronta sobre él porque en ese momento habría de concretarse parte de los anhelos que lo habían llevado a la Argentina y a las colonias del barón de Hirsch; pero se trataba tan solo del punto de partida hacia un camino largo y arduo que dependía de muchos factores, entre ellos la calidad de la tierra, la idiosincrasia del colono y las relaciones entre ambos.[1]
1. Las condiciones geográficas, climáticas y regionales básicas
Estas condiciones constituían la base y el marco de la colonización agrícola y la vida material de los colonos. La fama de la Argentina como país agrícola se debía, entre otras razones, a la pampa húmeda, pero sería un error suponer que las características de esta región (cuya superficie supera a la de España) son uniformes. Esta afirmación rige para las clases de tierras, el nivel de fertilidad, el relieve del suelo, el régimen de precipitaciones y vientos, la presencia de agua en el lugar, la aparición de plagas, las distancias a los puertos de exportación, etc. Las ventajas agrícolas de la pampa húmeda disminuían a medida que aumentaba la distancia al centro de la misma: el clima era menos moderado y más versátil y las distancias a los puertos importantes aumentaban. En su gran mayoría, las colonias de la JCA fueron creadas en los confines de la pampa húmeda, hecho que determinó de manera considerable el tipo de agricultura y los métodos de producción implementados en ellas. Es obvio que las condiciones básicas en esas zonas eran menos favorables que en el centro de la pampa; no obstante, había grandes diferencias entre un lugar y otro.[2]
Las colonias en Entre Ríos
Las tierras de estas colonias eran generalmente fértiles, pero duras y difíciles de labrar. La superficie no era plana sino ondeada y escabrosa, lo que dificultaba el cultivo racional de grandes extensiones. Esos campos podían ser arados con más facilidad cuando estaban húmedos, pero en días de lluvia el agua que anegaba las zonas ubicadas entre las cuchillas y que fluía por los cauces impedía el acceso a las parcelas. Además de eso, las precipitaciones no eran regulares y los años de sequía eran tan esperables como los de inundaciones o lluvias benéficas. Las napas subterráneas se encontraban a 10-33 metros de profundidad, pero no había dispositivos de riego y esa agua servía fundamentalmente para las personas y animales. Las mangas de langostas aparecían con frecuencia.[3]
Las colonias de la provincia estaban dispersas por un área extensa y por eso cada una tenía características propias. La tierra en los grupos del este (Palmar, Yatay y Santa Isabel) era menos pesada y, por consiguiente, más fácil de labrar, pero los colonos se veían afectados por la distancia a las vías del ferrocarril. Estos grupos estaban cerca de Colón y Concordia, a orillas del río Uruguay, con puertos que, si bien se encontraban en proceso de construcción y mejoras, no podían albergar buques transatlánticos por la escasa profundidad del río. La colonia Lucienville se encontraba en un lugar bueno en cuanto al transporte, porque en su centro estaba la estación de trenes de Basavilbaso, en el cruce de dos importantes vías férreas.[4]
Moisesville
Esta colonia fue fundada en una llanura con algunas zonas bajas, cuya tierra relativamente arenosa facilitaba la ejecución de las tareas agrícolas. La presencia de minerales en los campos de la colonia compensaba su fertilidad mediocre y la napa de agua próxima a la superficie mejoraba las probabilidades de los agricultores. El clima era generalmente moderado, pero inestable, y la langosta era un peligro concreto para los cereales, las hortalizas y parte de los árboles. Las dos vías férreas que cruzaban los campos de la colonia la acercaban a los puertos de Rosario y Buenos Aires y a los mercados del norte.[5]
Montefiore
Su tierra se parecía a la de Moisesville pero tenía menos zonas bajas; también las características climáticas eran similares. El agua era potable, aunque un poco salobre. Los ataques de langostas eran frecuentes y los mosquitos molestaban a los seres humanos y agotaban al ganado. Las vías férreas no pasaban por la colonia sino por sus proximidades y las estaciones de tren se encontraban a varias decenas de kilómetros de ella.