cómo es visto en la sociedad la violencia intrafamiliar
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Podemos concebir a la violencia como una forma naturalizada de relacionamiento social,
donde, las formas de cristalización se configuran en relación a las producciones subjetivas
propias del social-histórico donde se realice el recorte de análisis.
La violencia en sí misma, se sostiene en el interjuego de fuerzas propio de cualquier tipo
de vínculo. Las redes de poder se entretejen conformando una trama compleja y dinámica
produciendo, en el cuerpo, las marcas del sometimiento.
Convenimos en entender como violento cualquier acto que produzca una transformación
en un proceso "natural" determinado. Cualquier situación en la que este proceso se
interrumpa, se transforme, se podría visualizar como una acción violenta.
Otro sentido que abre el concepto de violencia nos remite a un registro de valoración
negativa, es el que alude al acto de intromisión, acto de violación de los límites que del
otro. Así planteado resulta fácil asociar que la dimensión valorativa de la violencia como
tal se relaciona con la propiedad y los bienes. Elementos que también se encuentran
asociados a la formación de la familia como organización social específica.
Entendemos la violencia, o mejor dicho, el acto violento, como el acto que se desarrolla
basado en el abuso del desequilibrio de poder y que se juega en el cuerpo del otro
produciendo algún tipo de "daño".
La violencia, entendida como la cristalización de relaciones de fuerza que se juegan en la
preponderancia de una parte y el sometimiento de la otra, puede ser visualizada en
cualquier momento de la historia de la humanidad. Los primeros procesos de
sedentarización de organizaciones sociales nómadas fundó, con sus cimientos, la lucha
por el territorio y los bienes producidos. Estas luchas por la supervivencia inauguran lo
que hoy llamamos "violencia social". Una forma de relacionamiento social, naturalizada,
que se sostiene en la acumulación de poder y la conquista de territorios y bienes.
El surgimiento de las nuevas formas de producción económica, la sociedad industrial,
marcan un nuevo rumbo en las formas de organización social donde el acto violento se
inscribe. En primer lugar, con el "Contrato Social", la ilusión del hombre libre y de la igualdad y justicia abre nuevas dimensiones desde lo jurídico, lo religioso, la medicina y
fundamentalmente los Estados en relación a los derechos de los individuos.
Cuando hablamos de violencia intrafamiliar, no hablamos de otra cosa que de esta
violencia, que irrumpe en la conformación del sujeto social con códigos propios de un
momento dado pero que toma forma propia, particular en el seno de, lo que en un
momento fue, la “intimidad de la familia”.
“Podemos definir la violencia intrafamiliar como la forma de relacionamiento
familiar pautada por el abuso del desequilibrio de poder ejercido en forma
sistemática y prolongada en el tiempo por uno o varios de los integrantes,
ejerciendo algún tipo de daño2
(físico y/o psicológico) sobre el resto de los
integrantes del grupo.”3
La condición de “prolongada en el tiempo y en forma sistemática” sumada a la
“producción de algún tipo de daño” distingue la violencia familiar como campo de análisis
e intervención de lo que podría ser las formas de relacionamiento donde la violencia
irrumpe circunstancialmente, conformando el universo de formas vinculares propias de
cualquier forma de relacionamiento social.
Explicación: