¿Como es empleado el maíz en america latina?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El maíz es el cereal de los pueblos y culturas del continente americano. Las más antiguas civilizaciones de América –desde los olmecas y teotihuacanos en Mesoamérica, hasta los incas y quechuas en la región andina de Sudamérica– estuvieron acompañadas en su desarrollo por esta planta. Esta asociación entre cultura y agricultura del maíz ha motivado a científicos y humanistas a preguntarse: ¿cuál es el origen de este cereal? ¿cómo fue su evolución, una vez que los diferentes grupos humanos lo adoptaron y cultivaron para su provecho? Estas preguntas los han llevado a explorar el pasado y en la actualidad, junto al desarrollo científico y tecnológico, han podido descifrar varios de los enigmas que rodean la domesticación de este cultivo. Aunque no se han resuelto por completo todos los detalles que permitan explicar su origen y domesticación, los científicos tienen un consenso: el ancestro directo del maíz es el teocintle. Sin embargo, durante más de 70 años, antes de llegar a esa conclusión se generó un riquísimo debate que contribuyó al avance del conocimiento en muchas áreas del quehacer científico. Tan es así que algunos de los más grandes científicos del siglo XX han sido estudiosos del maíz, de su origen y su diversificación. Por ejemplo, en 1983 la investigadora estadounidense Bárbara McClintock recibió el Premio Nobel en Fisiología, por el descubrimiento de los elementos genéticos móviles1 en los cromosomas del maíz. El maíz es el cereal que más importancia ha tenido en varios sectores de la economía a escala mundial durante el siglo XX y en los inicios del XXI. En los países industrializados, el maíz se utiliza principalmente como forraje, materia prima para la producción de alimentos procesados y, recientemente, para la producción de etanol. Por el contrario, en algunos países de América Latina y, cada vez más en países africanos, un gran porcentaje del maíz que se produce o importa se destina al consumo humano. En este sentido, el maíz ha sido y sigue siendo un factor de sobrevivencia para los campesinos e indígenas que habitan en la mayoría de los países del continente americano. Resulta paradójico que los pobladores de las comunidades marginadas sean los guardianes de la diversidad del maíz, ya que cada vez se destinan menos recursos económicos a esas comunidades. Esta situación pone en riesgo esas valiosas semillas porque los estudios e investigaciones realizados durante años, desde diversas disciplinas científicas y humanísticas, comprueban que el papel del campesino es importantísimo para la conservación y diversificación del maíz. Empero, los programas de investigación y desarrollo para la conservación in situ del maíz son muy restringidos y no se han generalizado a regiones importantes con gran concentración de grupos étnicos y campesinos. En la actualidad, la conservación en bancos de germoplasma de maíz o conservación ex situ es la estrategia dominante porque está ligada a la trayectoria tecnológica de los países desarrollados y además porque las restricciones financieras de muchos países menos desarrollados, no permiten la implementación de la conservación in situ. Se prevé que en pocos años, el descuido y la falta de atención a las comunidades rurales en las que se encuentra el mayor porcentaje del germoplasma nativo, podría impactar negativamente la diversidad del maíz. También se anticipa que las políticas públicas que promueven tecnologías intensivas en capital y que expulsan el trabajo hacia las zonas urbanas o el extranjero, determinarán la tasa a la que se estarían extinguiendo los recursos genéticos del maíz. El riesgo de perder la diversidad del maíz es muy alto. Las condiciones económicas de marginación y pobreza que enfrentan los campesinos, como ya es evidente en muchas regiones de América, llevarán a la extinción generalizada de la diversidad del maíz. Una manera de aliviar esta situación es revalorar el cultivo a través del conocimiento de su origen y diversificación en el continente americano. El propósito de este trabajo va en ese sentido, recuperar la historia de la investigación científica y aspectos socio-culturales del origen y la diversidad del maíz nativo para que los pueblos de América rescaten a la planta emblemática del continente americano y su cultura.