como eran los rol de medios el 16 de septiembre de 1976 en la argentina?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Desde fines de 1975 hasta 1983 Argentina atravesó el período más sangriento y desgarrador de su historia. El terror incorporado durante los años de la dictadura, es el miedo que la sociedad argentina todavía lleva dentro.
La prensa argentina no es inocente: jugó un rol fundamental no sólo en el derrumbe de un sistema político sino también en la erección de uno nuevo y en su sostenimiento posterior. A partir del 24 de Marzo de 1976 todos los medios, aunque hubo excepciones, se plegaron a las directivas informativas que rigieron sobre la prensa.
El aislamiento comunicacional al que fue sometida la sociedad, en el que inclusive la prensa extranjera estaba conceptuada como embajadora principal de una campaña anti-argentina, fue una de las principales herramientas para impedir el filtrado de información.
Se reconocen en esta parte de la historia mediática, dos períodos de importancia histórica: la dictadura primero y la transición después, período establecido entre el shock de Malvinas y la derrota electoral del alfonsinismo en 1987.
La primer fase tiene una primera etapa que dura todo 1975 hasta el 24 de marzo de 1976, en la cual los medios cumplieron la función de difundir los sucesos, inclusive recargando los significados cruzándolos con los hechos producidos en el Líbano. A partir del golpe militar, los medios entraron en una segunda etapa hasta 1980: de ocultamiento de los hechos, junto con la tarea de justificar los llamados “excesos”. Se convierten en los órganos de propaganda del Gobierno. Recién tras el fracaso de Malvinas, en 1982, la prensa argentina tornó su crítica más aguda. Y hacia el final de la dictadura, los medios empezaron a tratar el tema de los desaparecidos, el fracaso económico de la política de Martínez de Hoz y la crisis social y política que asolaba al país.
A la eliminación de la crítica como elemento periodístico le siguió la del análisis político. Días antes de que se produzca el golpe de Estado, los principales diarios nacionales comenzaron a “preparar” la opinión pública.
Siempre estuvo presente la ola de violencia en el país. La idea de caos era lo que necesitaban los militares para tomar el poder y “restablecer el orden”. La crisis institucional se reforzó con los titulares sobre la situación en el Líbano, para mostrar que si no se derrocaba al gobierno de Estela de Perón íbamos a convertirnos en el Beirut sudamericano.
Las editoriales de los diarios reforzaron el miedo a lo “subversivo” y la actitud “salvadora” de los militares y aclaraban que las desapariciones eran una consecuencia no buscada de esa supuesta guerra.
Para legitimar su discurso, el gobierno militar remarcó que se estaba en una “guerra” en la que la subversión y la penetración marxista en todos los ámbitos de la sociedad eran los enemigos.
A pesar de la complicidad mediática, la Junta Militar estableció pautas en las que se debían basar los medios para transmitir la información: publicar informaciones chequeadas por fuentes y nunca de carácter sensacionalista; no entrar en campos que no son de debate público por el efecto sobre una audiencia que no está educada; prohibir la propaganda subliminal; eliminar la opinión de personas que no están calificadas para dar opinión sobre asuntos de interés público.
El único documento oficial que remite al silencio que envolvió a la prensa argentina nace, el mismo 24 de marzo del 76, es el comunicado Nº 19 de la Junta Militar que establecía penas de 10 años de reclusión “al que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar la actividad de las Fuerzas Armadas, de seguridad o policiales”.