¿cómo eran las en Lima a inicios del siglo XIX?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La ciudad de Lima no sufrió grandes modificaciones desde fines de la Colonia hasta la década del cincuenta. En sus construcciones sólo se habían añadido la plazuela, la calle y el portal del Teatro en 1845.
Las casas seguían siendo de adobe y podían tener hasta dos pisos. Las más importantes poseían un establo para los caballos y mulas, además de balcones de madera. Del zaguán se ingresaba al primer patio, que estaba rodeado por sus cuatro costados de habitaciones. En el segundo patio solía haber jardín o huerta que se comunicaba con la cocina y el corral. A su vez, existía un callejón que unía el primer patio con el segundo -traspatio-. En los techos estaba la azotea, que era el lugar de juego de los niños y servía también para tender la ropa.
Las calles más importantes de la ciudad eran las que desembocaran a la plaza de Armas, a la plaza de Santo Domingo, San Agustín, San Sebastián, San Francisco, San Pedro y la Inquisición. Las iglesias más importantes eran La Catedral, San Francisco, San Lázaro, los Descalzos, la Recoleta de San Diego, Santo Domingo, San Pedro, San Agustín y La Merced. Los conventos más importantes eran los de la Concepción, Santa Clara y Encarnación, así como los de las Capuchinas de Jesús María, Nazarenas y Trinitarias Descalzas. De las plazas, las más importantes eran la Plaza de Armas y la de la Inquisición.
Tal vez una de las pocas transformaciones importantes fue cuando en 1834 el gobierno firmó un contrato con Tomás Gil para la colocación de una cañería de fierro colado, desde la caja de Santo Tomás hasta la pila de la plaza de Armas, con capacidad para dar agua a todas las pilas de las calles por donde debía pasar. Esta cañería reemplazó a la anterior, construída de barro, y debía tener respiraderos en diferentes lugares, para poder regar las calles con facilidad.
Explicación:
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Las casas seguían siendo de adobe y podían tener hasta dos pisos. Las más importantes poseían un establo para los caballos y mulas, además de balcones de madera. Del zaguán se ingresaba al primer patio, que estaba rodeado por sus cuatro costados de habitaciones. En el segundo patio solía haber jardín o huerta que se comunicaba con la cocina y el corral. A su vez, existía un callejón que unía el primer patio con el segundo -traspatio-. En los techos estaba la azotea, que era el lugar de juego de los niños y servía también para tender la ropa.
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