Cómo eran las calles y por qué presentaban esa estructura?
de la lectura "LA CALLE ESTRECHA"
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
LA CALLE ESTRECHA Había una vez un pueblecito donde las calles eran muy estrechas. Para que pudieran pasar los animales sin molestar a las personas, el alcalde había dado la orden de que siempre que pasara alguien con un animal, fuera diciendo en voz alta: "apártense, por favor".
Un día, un labrador volvía con su buey y, vió a dos hombres hablando en la mitad de la calle. Eran unos hombres muy ricos y orgullosos, así que, cuando el labrador se acercó y les gritó: "¡Apártense, por favor!", ellos no le hicieron caso y siguieron hablando.
Al labrador no le dio tiempo de parar al buey, y el animal, al pasar, empujó a los dos hombres y los tiró al suelo. Como sus ropas se llenaron de barro, los hombres, muy enfadados, le dijeron al labrador:
-¡Mira lo que nos ha hecho tu buey! Ahora tendrás que comprarnos trajes nuevos. Si no lo haces, mañana te denunciaremos al alcalde.
Entonces, el labrador fue a ver al alcalde y le contó lo ocurrido. El alcalde, que era un hombre justo y muy listo, le dijo:
-No te preocupes. Mañana, cuando vengan a denunciarte esos dos ricachones, tú vienes también y te haces el mudo. Oigas lo que oigas, tú no digas nada.
Al día siguiente, se presentaron todos ante el alcalde, y los dos ricachones acusaron al labrador de pasar con el buey sin avisar y de atropellarlos.
-¿Por qué no avisaste a estos hombres para que se apartaran? -preguntó el alcalde al labrador.
El alcalde le hizo varias preguntas más, pero el labrador no dijo ni "mu". Entonces, el alcalde les dijo a los ricachones que aquel labrador debía de ser mudo.
-¡Qué va a ser mudo! -respondieron rápidamente los dos hombres-. Ayer lo oímos hablar en la calle, ¡y bien alto! Nos gritó que nos apartáramos.
-Entonces -dijo el alcalde-, si el labrador les avisó de que se apartaran y no lo hicieron, la culpa es de ustedes. Y por haber acusado injustamente a este hombre, le darán diez monedas de plata cada uno.
Carlo Frabetti, Cuentos para niños mentirosos.
Respuesta:
No se
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