como eran antes la iglesias en la epoca republicana
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Uno de los pilares teóricos sobre los que más se vertebró el pensamiento ilustrado fue el de una marcada separación entre la Iglesia y el Estado; una separación que permitiría a los pueblos avanzar por la senda de un progreso maduro y razonado en tanto que fruto de un proceso de autodeterminación colectiva libre de tutelas metafísicas como la que ejerció, durante siglos, la Iglesia católica en la vida moral e intelectual española. De esto fue siempre consciente el político republicano Manuel Azaña (1880-1940), cuyo pensamiento y acción marcaron los años de la II República. El documento que presentamos aquí es precisamente su mayor aportación para solucionar el problema de la distorsionada relación entre la Iglesia y el Estado en España: se trata del discurso que pronunció en las Cortes el 13 de octubre de 1931 sobre la redacción del artículo 26 de la futura Constitución que habría de delimitar el margen de acción del que dispondría la Iglesia en la vida de la nueva República. En él, el político de Alcalá de Henares pronunció aquello tan célebre de “España ha dejado de ser católica”, una frase que indicaba la imperiosa necesidad de que se sustituyera el catolicismo como base espiritual de la vida del país por un republicanismo respetuoso de las creencias religiosas de cada ciudadano pero firme a la hora de reivindicar la laicidad de las instituciones públicas. En definitiva, la necesidad de que la República se pertrechase de una auténtica “política religiosa”. Y en el presente discurso, Azaña presentó su propuesta al respecto.
El presente artículo responde a la pregunta
de la unidad o el conflicto creado por
la religión en los diferentes momentos
históricos de la evangelización. Recoge
los elementos determinantes para el
análisis histórico de esta relación en
el período antes de la Independencia,
durante la Independencia y después de
la misma; reconoce tanto los aspectos
sociales como culturales de la época
Explicación: