como era la vida de los sectores populares en la decada de los 30
AYUDAAA
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Apenas habían pasado diez años de la renovación historiográfica que se inició en paralelo con la renovación institucional del país y de las universidades, cuando Darío Macor presentó un texto sobre los años treinta destinado a abrir una discusión. La pregunta que ordenaba esas líneas podría resumirse en unas pocas palabras: cómo se fue inventando la década del treinta como unidad de sentido? La pregunta no era menor y la respuesta, cualquier cosa menos evidente. Aunque persiste aún cierto gusto por otorgar a ciertos ciclos cronológicos (edades, siglos, décadas) características homogéneas, nada indica que estos ciclos resistan análisis más o menos profundos. Sin embargo, el propio texto de Macor nos alerta sobre un punto crucial: si la consideración de los años treinta como una década tiene algún sentido, esto es así porque fue la propia política la que la construyó. Cualquiera sea la opinión que los historiadores tengamos sobre esos años –y en ese sentido, como veremos, uno a uno los trabajos relevantes han puesto en duda la utilidad de sostener la visión de una década con un sentido propio– nuestros análisis deben dar cuenta del hecho de que los actores que desfilan en nuestros estudios terminaron por considerarla como tal. Como sostiene Macor, la década es una invención cuyos pilares no se encuentra en el registro de la historiografía, sino en el plano de lo político/ideológico.
Por eso, no sorprende que el puntapié inicial en la definición de la década fuera dado en 1944 por José Luis Torres, un periodista. Nacionalista, antisemita, entusiasta defensor de las potencias del Eje y del nazismo en particular, otorgó un sentido a los años treinta al bautizarla con un giro destinado a perdurar: década infame . Poco importan las formas concretas que adquirió la infamia para Torres. Sabemos bien que para este periodista, la década no se iniciaba en 1930, sino más bien en 1932. Como no podía ser de otro modo (el tema ha sido analizado por Federico Finchelstein), la construcción del mito de Uriburu encontró en Torres a uno de sus más entusiastas defensores [1] En este caso, Uriburu se convertía en el precedente lejano y mítico de la gesta que, en junio de 1943, venía a terminar con la infamia que separaba el fracaso de 1932 de la consagración de la revolución nacional.
Explicación: