¿Cómo era la sociedad Palestina en la época de Jesús?
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Palestina en tiempos de Jesús es un tema de estudio de la arqueología bíblica muy relacionado con la investigación del Jesús histórico. Su objetivo es reconstruir el ambiente en el que nació el cristianismo y describir los lados políticos, culturales y sociales de esa época que faciliten su intelección.Ref 1
Las primeras comunidades cristianas vivieron en este mundo judío-romano, o simplemente pagano. Es conveniente conocer este mundo para captar la novedad de Jesús, de sus opciones y compromisos; el carácter inevitablemente hiriente de su denuncia profética, el alcance de su anuncio: «se ha cumplido el plazo, ya llega el reinado de Dios, Enmiéndense y tengan fe en esta buena noticia» (Marcos 1, 15).
Cuando se escribieron los evangelios canónicos habían transcurrido por lo menos de 35 a 60 años desde la muerte de Jesús. El ambiente cultural en que los evangelios se escribieron tiene un universo conceptual y simbólico, y modos de expresión muy diferentes al de nuestros días.
Jesús estaba en contra de las «inmoralidades, robos, homicidios, adulterios, codicias, perversidades, fraudes, desenfreno» (Marcos 7,20-23) que existían1 Pero en esos tiempos, quienes imponían cargas más pesadas al pueblo,2 desasistiéndolo y arrojándolo a la pobreza, impotencia y desesperanza3 eran los jefes religiosos-políticos de su pueblo que, según Jesús, en lugar de ser pastores eran «ladrones y bandidos asalariados».4 Jesús escuchó los clamores de los marginados por la religión y sociedad de su pueblo, y optó por ellos aún a costa de su vida.
Los ricos
En el aspecto socioeconómico, en tiempos de Jesús, había en Palestina estratos sociales opuestos: los ricos y los pobres.
Los ricos eran pocos en número, pero muy poderosos, conservadores en religión y también en política, generalmente pertenecían al grupo de los saduceos.
Entre estos ricos poderosos tenemos a Herodes II Antipas,45 a la muerte, 4 años antes de Cristo, de su padre Herodes I el Grande,46 había recibido una parte del reino de este: Galilea, provincia del Norte, con la capital en Tiberiades47 y la Transjordania al Este. Este era un vasallo del emperador romano, que ni siquiera le otorgó el título de rey. En el año 39 después de Cristo el emperador Tiberio lo destronó y desterró.
Los partidarios de Herodes Antipas, que eran pocos en número, eran llamados herodianos, siempre fueron enemigos de Jesús.48
La plaga de impuestos que Herodes impuso, provocó la venta de tierras y la concentración latifundista en manos de unos pocos: miembros de la familia real, colaboradores a quienes recompensaba de ese modo, gente adinerada que invertía su dinero haciéndose con grandes haciendas.49 Esta concentración de fincas en Galilea fomentaron el desempleo y la emigración, ya que algunos se fueron a mendigar a Jerusalén, y en parte también, el movimiento zelota que rechazaba el pago de los impuestos no religiosos.
La mayoría de estos hacendados vivían fuera de sus tierras y dejaban la administración en manos de empleados. Los jornaleros, gente sin empleos fijos, trabajaban para esas haciendas.50
El padre de Herodes Antipas había comenzado la construcción del Templo de Jerusalén, y la prosiguió generosamente (año 19 a. C.).
Herodes ingresaba anualmente unos diez millones de denarios (1 denario era el salario razonable de un día). Poseía cantidad de mansiones; para confiscar y apoderarse de los bienes que le apetecían no retrocedía ni ante el asesinato. Este Herodes es el que mandó decapitar a Juan el Bautista en la cárcel.51
Jesús mostró que no le temía,52 rechazó todo trato con él53 y, alertó a sus discípulos sobre la maldad que en él se ocultaba.54
Los sacerdotes jefes de familia eran integrantes de la aristocracia de Jerusalén, eran entre 15 y 17 familias, gente muy enriquecida con los grandes ingresos y poder que producía una religiosidad y culto montados en relación al Templo, eran los principales administradores del tesoro, y esta administración llevaba un dominio usufructual, pues se aprovechaban de todas sus rentas.
Las familias de los sumos sacerdotes se contaban entre las más ricas del país.
Los grandes comerciantes y terratenientes eran normalmente saduceos como los jefes sacerdotes, varios de ellos eran ancianos, miembros del Sanedrín.
Los pobres
La mayor parte de la población eran gente pobre: Jesús recorría todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas, proclamando la buena noticia del reino y curando toda dolencia y enfermedad. Viendo el gentío, le dio lástima de ellos porque andaban fatigados y decaídos como ovejas sin pastor (Mt. 9,35-36). Entre ésta gente se encontraban:
Los jornaleros, asalariados que ganaban el sustento con el trabajo, se les pagaba por días y el abono era diario, trabajaban de sol a sol por un denario y la comida.55
Los escribas no tenían un oficio ni ejercían el comercio, como la enseñanza de la Ley debía ser gratuita,56 estos escribas eran generalmente pobres y vivían de las ayudas que recibían de sus admiradores y seguidores,57 de la hospitalidad espontánea que les ofrecían,58 de las invitaciones a tomar parte en los banquetes celebrados en otras casas.59
Había fariseos pobres, pero con cabeza de rico: "amigos del dinero" los llama el evangelio,60 y escribas parásitos que se aprovechaban de la hospitalidad de las personas económicamente modestas: que se comen los bienes de las ciudad con pretexto de largos rezos (Mc 12,40).
Los esclavos, la mayoría de ellos estaban en el palacio de Herodes, venían a ser como criados domésticos no libres. Los judíos solo podían ser esclavos durante seis años, y si el dueño no era judío, el esclavo debía ser rescatado por sus parientes. El servicio de esclavo no era considerado deshonroso, inclusive, el jornalero vivía mucho más inseguro que el esclavo.
El Templo no tenía esclavos, en el campo casi no había y en la ciudad eran pocos.
Los mendigos, eran los que no trabajaban y no podían trabajar: Se le acercó un gran gentío llevándole cojos, ciegos, lisiados, sordomudos y otros muchos enfermos
La clase media apenas existía y solo había en Jerusalén, pertenecían a ella pequeños comerciantes, artesanos propietarios de sus talleres, y los dueños de las hospederías de Jerusalén.