Como era la muerte de los coras en Nayarit?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Poco sabemos con exactitud de las costumbres de los coras en torno a la muerte. Y es que la cultura cora permanece todavía en un enigma para la mayoría de las personas, dado que se han aislado durante siglos para preservar su lengua y tradiciones.
Actualmente los coras sí celebra un día de los muertos, principalmente los que habitan la sierra entre los límites de Zacatecas y Durango, coincidiendo esta celebración con la recolección de las siembras.
El 31 de octubre se hace un pequeño altar, con tamales más pequeños que los habituales, frutas, agua, granos de maíz cocidos o crudos. Algunas personas pueden preparar también calabaza y atole como regalos a sus muertos. Los hombres elaboran o compran velas y acarrean flores para estos altares conocidos como “menores”. El altar “mayor”, por su parte, se localiza en la iglesia y consiste en un ataúd cubierto con una tela negra donde figura su patrono de los muertos: san Ignacio de Loyola. Este altar se adorna con hojas de plátano, velas y flores de dos colores: violeta (el color de la muerte) y naranja, formando una cruz.
Luego de una ceremonia en el altar “mayor”, los hombres visitan las tumbas de sus familiares en el panteón para pintar las cruces, preferentemente de color rosa, morado, o verde; mientras las mujeres lavan las lozas y acomodan la tierra alrededor para adornarlos con flores y pétalos de buganvilias de vivos colores, formando también una cruz.
Sin embargo, los coras del oriente de Nayarit mantienen mejor sus tradiciones milenarias, protegiéndolos de la invasión de otras culturas. Estas formas aún están por investigarse y documentarse bien. Como vemos, el mundo cora no es homogéneo. Lo que sí priva, en todo caso, según antropólogos, en la relación de amistad como valor supremo de lo social que mantienen los coras aun con sus muertos.
Explicación:
mejor respuesta porfas : )
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Poco sabemos con exactitud de las costumbres de los coras en torno a la muerte. Y es que la cultura cora permanece todavía en un enigma para la mayoría de las personas, dado que se han aislado durante siglos para preservar su lengua y tradiciones.
Actualmente los coras sí celebra un día de los muertos, principalmente los que habitan la sierra entre los límites de Zacatecas y Durango, coincidiendo esta celebración con la recolección de las siembras.
El 31 de octubre se hace un pequeño altar, con tamales más pequeños que los habituales, frutas, agua, granos de maíz cocidos o crudos. Algunas personas pueden preparar también calabaza y atole como regalos a sus muertos. Los hombres elaboran o compran velas y acarrean flores para estos altares conocidos como “menores”. El altar “mayor”, por su parte, se localiza en la iglesia y consiste en un ataúd cubierto con una tela negra donde figura su patrono de los muertos: san Ignacio de Loyola. Este altar se adorna con hojas de plátano, velas y flores de dos colores: violeta (el color de la muerte) y naranja, formando una cruz.
Luego de una ceremonia en el altar “mayor”, los hombres visitan las tumbas de sus familiares en el panteón para pintar las cruces, preferentemente de color rosa, morado, o verde; mientras las mujeres lavan las lozas y acomodan la tierra alrededor para adornarlos con flores y pétalos de buganvilias de vivos colores, formando también una cruz.
Sin embargo, los coras del oriente de Nayarit mantienen mejor sus tradiciones milenarias, protegiéndolos de la invasión de otras culturas. Estas formas aún están por investigarse y documentarse bien. Como vemos, el mundo cora no es homogéneo. Lo que sí priva, en todo caso, según antropólogos, en la relación de amistad como valor supremo de lo social que mantienen los coras aun con sus muertos.