Cómo era la economía en Buenos Aires y en las demás provincias durante el segundo gobierno de rosas?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
En Buenos Aires, el periodo que transcurrió entre 1839 y 1869 se caracterizó por un crecimiento económico casi constante a pesar de las alteraciones políticas. Durante ese lapso aconteció el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas (1835-1852). Inmediatamente después de la caída de esa administración, se inició un periodo de profunda inestabilidad en el que se produjeron fuertes enfrentamientos al interior de la alianza antirrosista (1852-1854). En 1854 Buenos Aires se transformó en Estado, dictó una Constitución y se mantuvo separada de la Confederación Argentina hasta 1862. A partir de esta fecha comenzó el denominado periodo de Organización Nacional inaugurado con la presidencia de Bartolomé Mitre (1862-1868) y continuado por la de Domingo F. Sarmiento (1868-1874).
Los vaivenes políticos que se sucedieron durante este lapso impactaron en la estructura económica y social, provocaron modificaciones institucionales y generaron una dinámica específica en la relación con los indígenas por la puja en torno a la expansión de la frontera. Respecto de esto último, durante el periodo rosista, las relaciones interétnicas incluyeron la guerra pero también el “negocio pacífico”, cuestión que permitió expandir la superficie bajo control hacia el centro y sur de la provincia. Luego de la caída de Rosas y con el posterior enfrentamiento entre la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires, se abrió un ciclo de conflictividad interétnica que recién culminó parcialmente con una serie de negociaciones y tratados en los que se fijaron las condiciones para pacificar nuevamente la frontera, la cual se había retrotraído fuertemente.
Rosas protegió su producción prohibiendo que fuera importado. Prohibió también que se exportaran cueros caballares; impuso fuertes impuestos a las harinas extranjeras para favorecer a los agricultores locales y promovió el desarrollo de la cría de ganado ovino y el comercio de la lana. Protegió a incipientes industrias manufactureras, prohibiendo la importación de cueros trabajados, velas, escobas y plumeros y hierro forjado, pero, aunque el crecimiento económico que se produjo durante su gobierno, permitió diversificar las actividades industriales y artesanales, no hubo un gran desarrollo de industrias fuera de las ligadas a la producción rural: saladeros, curtiembres y molinos.
Hacia 1853 había en la Confederación 1.075 fábricas y 743 talleres, lo que evidenciaba un notable crecimiento de la actividad industrial y manufacturera durante los gobiernos de ROSAS, ya que en 1830, eran solamente 590 los talleres que había.