como era la economía de rusia antes y despues de la revolución de octube 1917?
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A 100 años de la revolución de 1917 es un lugar común hablar de la importancia que este evento tuvo para darle forma al siglo XX. Es también imposible separarlo de otro evento de reciente centenario, la Gran guerra. Aquel periodo de la historia de finales del siglo XIX y principios del XX en muchos niveles es más parecido al presente que otros momentos de la historia. Una economía globalizada –para muchos lo más globalizada que ha estado- con un comercio internacional en expansión, un desarrollo industrial y tecnológico acelerado que produciría la gran divergencia en ingresos y niveles de vida entre occidente y el resto de los países que tardarían en industrializarse. Ese periodo, al igual que nuestros tiempos, también se caracterizó por el incremento de la desigualdad al interior de los países; por lo tanto, la desigualdad es un buen cristal con el que podemos mirar estos sucesos y quizá derivar algunas lecciones para el presente.
La Revolución rusa, como todo conflicto de esta naturaleza, es multifactorial; no se le puede atribuir una causa única. No obstante, es posible encontrar la desigualdad presente en muchas de sus causas, como un componente en sí mismo y dentro de las causas y los efectos de otros. La Rusia de principios del siglo XX tenía una población principalmente rural, alrededor de 85 por ciento de ella eran campesinos.1 Constaba de una pequeña élite; sin embargo, incluso esa élite no tenía representación política plena. Rusia era un imperio donde la desigualdad política era exorbitante.
Algunas estimaciones de la desigualdad de ingresos en el periodo, entre los años 1904 y 1905, indican que el uno por ciento más rico controlaba entre el 13.5 por ciento2 y el 20 por ciento del ingreso nacional. Las mismas fuentes estiman que el 20 por ciento más rico controlaba entre el 44 y el 47 por ciento del ingreso. Tal distribución nos dibuja la imagen de una sociedad muy desigual; no obstante, no la más desigual de su tiempo. Rusia tenia una tasa de extracción aproximadamente del 55 por ciento. Países como el Reino Unido o Francia eran ligeramente más desiguales con tasas de extracción por arriba del 60 por ciento y porcentajes de concentración de la riqueza para el uno por ciento entre el 18 y 20 por ciento.
Si bien Rusia era ligeramente menos desigual que otras potencias militares del periodo, sí era marcadamente más pobre. Desde el fin de la Guerra de Crimea en 1861 hasta poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial el ingreso per cápita en Rusia amplió su brecha respecto a los otros países europeos. Pasó de ser aproximadamente 25 por ciento del ingreso per cápita de Inglaterra en 1861 a menos del 20 por ciento del Reino Unido en 1913.3
Hay que combinar esta información sobre la distribución del ingreso con el hecho de que el 4.7 por ciento de la población tenía propiedad de la tierra4 –sólo México antes de la revolución tenía niveles de concentración más elevados de propiedad de la tierra. Aunado a lo anterior, si bien la Rusia zarista no era tan desigual como otros países europeos y había experimentado crecimiento económico como producto de su intento de industrialización, los salarios desde la década de 1880 se estancaron e, incluso, declinaron ligeramente. Por ejemplo, el pago al factor trabajo para trabajadores en fábricas declinó en valores constantes entre 1897 y 1913,5 contribuyendo a la percepción de desigualdad en la sociedad rusa. Todo lo anterior nos da una buena idea de dónde se encontraba Rusia en términos de desigualdad económica desde una perspectiva internacional.
Otro factor con el que la desigualdad pudo combinarse como causa para la Revolución y también como factor en la Gran Guerra fue la naturaleza del comercio global. La Rusia zarista en su intento por alcanzar un mayor desarrollo industrial, como Inglaterra durante la Revolución Industrial o Alemania desde su unificación en la década de 1870, optó por una estrategia de integración a la economía global. Para lograr este propósito se dio a la tarea de construir una red de ferrocarriles que pudieran integrar su gran producción agraria con los mercados internacionales y que pudiera llevar otras materias primas y bienes hacia Rusia para ser usados en su industria.
Como resultado de la especialización en las ventajas comparativas que el comercio produce, algunas provincias rusas experimentaron ganancias como las regiones más industriales, así como declives en las rurales. Como consecuencia, la desigualdad regional se magnificó. Provincias como Petersburgo y Moscú, con fuerte presencia manufacturera, los coeficientes de Gini en estas ciudades llegaron alrededor de 0.6 mientras otras regiones a niveles tan bajos como 0.16.6