Como era la convivencia entre los personales que estudiaron en la época novohispana
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Respuesta:
El virreinato de la Nueva España inició su vida como provincia del imperio español en una época de auge de la cultura clásica, que exaltaba los preceptos propios del humanismo cristiano y su adaptación a la vida cotidiana. Adaptada al orbe católico, la humanitas romana se convertía en un ejercicio personal de superación accesible a todos los individuos, que mediante ella podrían lograr la perfección dentro de sus circunstancias, limitaciones y capacidades. Por su propio carácter, no podía circunscribirse a un determinado grupo social ni a ciertos límites de edad, de modo que cualquier momento y lugar eran propicios para el desarrollo de virtudes potenciales y, en la gran escuela de la vida, todos los seres humanos ejercían alternativamente como alumnos y como maestros.[1]
Por algún tiempo, al menos en ciertos aspectos, coincidieron los intereses de la corona de Castilla, de la iglesia americana y de los conquistadores y pobladores españoles de las provincias de ultramar. El imperativo político de la legitimación de la conquista se unía a la exigencia mesiánica de la conversión de los infieles y a las necesidades prácticas del entrenamiento laboral. Claro que la legislación y la práctica siguieron diferentes caminos y que, a ambos lados del Atlántico, hubo tantas interpretaciones de lo que significaban el humanismo y la educación como eclesiásticos, letrados y burócratas se consideraron capacitados para poner en práctica sus ideas.
Las dos grandes corrientes del humanismo europeo estuvieron representadas en el continente americano, si bien su influencia no fue simultánea sino sucesiva. Antes de mediar el siglo xvi se impuso, al igual que en España, la tendencia nórdica de renovación espiritual propia del movimiento que se ha denominado prereforma y que, en la órbita de pensadores como Erasmo y Moro, tuvo representantes destacados como Luis Vives y los hermanos Valdés.
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