¿Como ejerces tu ciudadanía en este tiempo de crisis?
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Atravesada la cuarta semana de manifestaciones en Chile, la ciudadanía busca dar respuestas a sus demandas participando en un amplio abanico de instancias. Las palabras cabildo, plebiscito, constituyente, entre otras, han irrumpido velozmente en las diferentes agendas de una sociedad que quiere ser protagonista de las decisiones que se tomen a nivel país.
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Atravesada la cuarta semana de manifestaciones en Chile, la ciudadanía busca dar respuestas a sus demandas participando en un amplio abanico de instancias. Las palabras cabildo, plebiscito, constituyente, entre otras, han irrumpido velozmente en las diferentes agendas de una sociedad que quiere ser protagonista de las decisiones que se tomen a nivel país.
Uno de los puntos más visibles de esta crisis social es la transversal falta de confianza de los ciudadanos en sus representantes políticos, sin importar el sector del que estos provengan. Ante tal diagnóstico, la ciudadanía ha empezado a desarrollar actividades que hasta hace un tiempo eran inesperadas, o en el mejor de los casos, contaban con una participación muy acotada.
Al respecto, un grupo de expertas UdeC brinda sus consideraciones acerca de estas formas de participación ciudadana. La Dra. Waleska Muñoz Aravena, docente del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política, destaca que “hoy en día se está reconociendo un derecho que le fue delegado a los ciudadanos, en referencia a que participen en los asuntos que son de su interés. Se escuchan conceptos de democracia participativa, de gobernanza participativa, a propósito de la incapacidad que ha tenido el Estado para reconocer y detectar las necesidades de los ciudadanos, pero también de poder responder adecuadamente”.
“Desde la esencia del Estado despersonificado con su administración pública debió estar incorporada siempre la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos. Está reconocido como un derecho, pero no está la regulación adecuada para que efectivamente sea un derecho que podamos ejercer y que la autoridad la esté hoy en día utilizando”, agrega.
Siguiendo la misma línea, la Dra. Noelia Carrasco Henríquez, Directora del programa de investigación Cidesal UdeC (Ciencia, Desarrollo y Sociedad en América Latina), plantea que “todo lo que hemos visto en las últimas semanas es la evidencia de que la sociedad civil tiene una capacidad propia, inherente a su naturaleza, de poder autoconvocarse, sentarse a dialogar respetuosamente, construir colectivamente consensos con miras a proyectar acuerdos que puedan trascender muchas veces a sus espacios locales —o a sus espacios temáticos específicos— y contribuir a lo que hoy se está entendiendo como un nuevo diseño de país”.
La antropóloga complementa señalando que “se trata de espacios que no están conducidos por liderazgos específicos, la mayoría son convocados por estructuras muy horizontales que están utilizando espacios públicos para reunirse, que están innovando en cuanto a la manera de convocarse, de sentarse a conversar, que están generándose preguntas que previo a esta situación no había sido posible plantear con la legitimidad de hoy. La sociedad no necesita exclusivamente normativas, instrucción, institucionalización de los procesos; la sociedad reacciona y se autoconvoca”.
Complejidad de lo vinculante
Uno de los puntos más difíciles es lo vinculante o no que puedan llegar a ser las distintas formas de organización que se han visto en estos días. En esta línea, la Dra. Violeta Montero Barriga, Directora del Magíster Política y Gobierno UdeC, apunta que, en particular, “Chile ha firmado convenciones internacionales, como la Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana, políticas de gobierno abierto, la ley 20.500, que marca un antes y un después —discursivo al menos— en términos de la intención de la gestión pública de recoger la opinión ciudadana. Entonces, a partir de la ley 20.500, existen ya en Chile mecanismos de participación que están operando; dentro de los que más conocemos están los Consejos de la Sociedad Civil que están funcionando en los municipios, pero también en los servicios públicos”.
La también docente del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política considera que al menos, en la región, Uruguay es un caso emblemático, al ser un país pequeño con una tradición de participación mucho mayor. “Creo, y esto está dicho por la literatura, que Chile es un régimen político cerrado históricamente que ha sido organizado sobre la base de la construcción de políticas públicas desde el saber experto hacia la toma de decisiones y en esa dinámica no ha habido la impresión de que la ciudadanía tiene el suficiente saber para poder incidir en estas”.
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