Cómo debemos conservar la la región del chocó ??.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Durante la semana, Caicedo, Vidal y un grupo de otros técnicos de la patrulla forestal de Cocomasur salen de sus casas en Peñaloza –una aldea cercana a Acandí– para adentrarse en la selva. Vestidos con botas de caucho para el barro y los ríos que deben atravesar, unos chalecos naranjas que los acreditan como guardianes del bosque y un equipo de medición, se dan a la tarea de establecer el grosor de los troncos que componen su territorio.
“Estas mediciones sirven para construir un inventario de los árboles que tenemos”, les comenta Ferney Caicedo –mientras sigue aferrado a un tronco– a un grupo de 20 visitantes, líderes de otras comunidades afrodescendientes del Pacífico. “Con esos datos podemos calcular la cantidad de dióxido de carbono que estas plantan capturan de la atmósfera”. Con ello, Cocomasur ha logrado vender créditos de carbono y financiar su comunidad.
¿Cómo funciona esto? Un crédito de carbono cuesta 10 dólares (unos 30.000 pesos) y equivale a una tonelada del carbono que capturan los árboles. Una tonelada, según el portal web Stand For Trees, encargado de vender los créditos de Cocomasur, es lo que producen al año las llamadas telefónicas de un celular de una persona.
Esos créditos pueden ser vendidos en lo que se conoce como el mercado regulado y el mercado voluntario. El regulado, según el Ministerio de Ambiente, está enmarcado en las reglas internacionales definidas en el Protocolo de Kioto, un pacto entre países para reducir las emisiones de gases efecto invernadero.
En el mercado voluntario están las iniciativas independientes, como la de Cocomasur. Allí, los créditos de carbono pueden ser comprados por cualquier persona u organización. En esencia, esta comunidad protege sus árboles para que no sean talados, y con ello venden la capacidad que tienen esas plantas para limpiar la atmósfera de dióxido de carbono.
Mauricio Salazar, ingeniero forestal del Fondo Acción, organización que acompaña el trabajo de Cocomasur, establece una analogía para entender este servicio ambiental de créditos de carbono con el manejo de las basuras de una ciudad: “Todos emitimos carbono a la atmósfera con nuestras acciones. Estas comunidades, con la preservación de los bosques, están prestando un servicio: limpiar el dióxido de carbono que emitimos. Esto ocurre en las ciudades: le pagamos a una empresa para que recoja nuestras bolsas de basura”.
El principio biológico de ese servicio se fundamenta en que cuando se talan árboles, el dióxido de carbono que ha sido capturado por estas plantas es liberado a la atmósfera, lo que tiene como consecuencia la proliferación de gases de efecto invernadero. Stand For Trees señala que “las emisiones derivadas de la deforestación son comparables anualmente a las de todo el sector de transporte a nivel mundial”.
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