Biología, pregunta formulada por enpr2015, hace 9 meses

¿Cómo debe ser la relación de una pareja durante la época del embarazo?

Respuestas a la pregunta

Contestado por seiyagarcia8
8

Respuesta:

Durante el embarazo, es fundamental que ambos se sientan felices y plenos, pues esa felicidad repercute en la salud de la madre y en la del bebé que se está gestando. Está demostrado que vivir situaciones estresantes para la mujer, como puede ser una separación, es perjudicial para el desarrollo del bebé.

Explicación:

Contestado por jhannykarolinaclaroc
3

Respuesta:

Se ha comprobado a través de diversos estudios que el estrés en el embarazo afecta al bebé, o por ejemplo, que sufrir depresión durante la gestación puede ser una de las causas del parto prematuro.

Una periodista especializada en salud y autora del libro "El embarazo contado con sencillez", apoya esta teoría y dice textualmente que "la unión afectiva de la pareja es un elemento esencial para el buen desarrollo fetal y su recibimiento tras el nacimiento".

Por eso, como consejo creo que es importante que los dos se encuentren a gusto con su pareja al momento de decidir tener un bebé. La determinación de tener un hijo debe ser una elección madura, tomada con responsabilidad y sobre todo, de mutuo acuerdo.

También es fundamental la implicación del padre durante los nueve meses y que ambos estén dispuestos a afrontar el gran cambio de vida que supone traer un hijo al mundo. Eso ya será un buen comienzo tanto para la relación de pareja como para la salud emocional del bebé que vendrá.

La unión afectiva que existe entre sus padres es capaz de sentirla el bebé incluso dentro del vientre de la madre. No es más que una muestra de los que sucede durante los primeros años de vida en los que una buena relación familiar es esencial para que el niño se desarrolle adecuadamente.

Cuando una pareja decide ser padres se enfrenta a un nuevo desafío: la llegada de un hijo que cambiará su situación actual. El estrés, los miedos y no saber cómo lidiar con todo puede ser el caldo de cultivo idóneo para que surjan peleas y discusiones que pueden llegar a convertirse en una crisis.

Diana Lozano, psicóloga clínica en el mismo centro, señala que ante el embarazo la pareja tiene un importante reto: el ajuste, es decir, la relación ha de ir evolucionando para encajar con lo que ambos miembros sienten y necesitan. “Cuando el ajuste no se da, pueden aparecer las dificultades o agravarse las ya existentes”, advierte.

Más comunicación, clave

Ambas señalan un punto de partida indispensable para alcanzar ese ajuste y evitar los conflictos: la comunicación. Los dos miembros de la pareja tienen que poder transmitir adecuadamente su situación física y emocional para que el otro le acompañe en sus necesidades. Además, deben aceptar que el embarazo no va a ser vivido exactamente igual por parte de los dos.

Los cambios que sufrirá la mujer durante la gestación y los síntomas variarán dependiendo de cada una, habrá algunas que se sientan llenas de vitalidad los nueves meses y que disfrutarán el crecimiento de la barriga, mientras que otras notarán cansancio retendrán líquidos y podrán agobiarse con la ganancia de peso.

“Por ello, de nuevo, la comunicación es la clave. Preguntar, comunicar qué se necesita, qué se espera ¡o qué se teme!”, afirma Lozano. “Es una forma para que las parejas se acerquen y para que los hombres, en este caso, puedan compartir el embarazo de sus parejas, ser más participes del proceso y acompañarlas con más acierto”.

Otro aspecto que puede generar conflictos y donde la comunicación juega un papel determinante es, según Lozano, manejar las situaciones en las que los miembros de la pareja estén en puntos diferentes, ya que puede generar mucho desequilibrio. Éstas pueden ser, por ejemplo, cuando una de las dos personas está centrada en lo práctico o lo logístico y la otra está pensando cuál va a ser su planteamiento educativo tras el nacimiento del bebé.

“Otro aspecto a considerar es el ajuste de los tiempos de los miembros de la pareja. La llegada de un bebé exige reorganizar los tiempos, la dedicación a los cuidados del bebé no necesariamente estará equilibrada y esto será especialmente significativo en madres lactantes que suelen pasar más tiempo con el bebé. La falta de consenso sobre el reparto de los cuidados de la casa, el hijo/s, el trabajo, o el tiempo personal, puede ser una fuente de conflicto”, añade Sánchez.

El embarazo no afecta negativamente a la sexualidad, pero sí puede verse alterada, especialmente en el tipo de prácticas que se realizan.

“Es importante en este sentido probar, valorar qué posturas resultan más cómodas para la pareja, porque aunque algunas de ellas podrán mantenerse, otras en cambio, sobre todo cuando el embarazo está muy avanzado, puedan resultar casi imposibles”, recomienda Sánchez. Así, “será una buena oportunidad para experimentar prácticas y posturas novedosas que quizás la pareja no había incorporado a sus encuentros y resultan igualmente placenteras”.

Una vez que el bebé nazca, los cambios continuarán, por lo que el ajuste se hará más necesario que nunca.

En definitiva, Lozano hace hincapié en “comunicar, pedir, negociar y llegar a acuerdos para construir un modelo de pareja (en este caso, con hijos), de familia y de crianza satisfactorio y positivo; para que, contando con estas herramientas, se consiga que los cambios sean vividos como una oportunidad para el crecimiento y el avance, y no como una amenaza”.

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