como crees que una persona pierde su dignidad?? fundamenta
aiudaa porfiss :(((
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Se dice popularmente que la esperanza es lo último que se pierde. No, lo último que una persona puede perder es la “dignidad”, y cuando ésta se pierde pasa uno a ser un cero a la izquierda, o sea, no produce ningún efecto, se convierte en un ente abandonado que no lo conmueve nada de lo que suceda en su entorno, es un estorbo en la comunidad porque es más el daño que causa con su indigna pasividad que lo positivo que deja de aportar.
Esta cualidad de dignidad inherente a todo ser humano se ha venido devaluando en este país a marcha acelerada y en todas las instituciones estatales como secuela de una galopante y asfixiante corrupción, con mayor énfasis en la administración de justicia y en el parlamento colombiano, haciendo metástasis en otros organismos oficiales y en ciertos sectores privados y cuya reproducción maligna ha procurado una plena y perfecta simbiosis.
Esta situación, caótica por demás, ha llegado a unos extremos tales que su efecto anestésico produce afasia y amnesias temporales en una gran mayoría de la población, incluyendo por supuesto a los medios de comunicación, y toda la corruptela, los desafueros y abusos que se cometen no es que pasen desapercibidos, sino que se callan o se ocultan o, más grave aún, prestigiosos columnistas de algún medio de la prensa tratan infructuosamente de mostrar situaciones que son contraevidentes, sobre todo en lo relacionado con la administración de justicia, recurriendo a unos argumentos ininteligibles.
Explicación:
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Se dice popularmente que la esperanza es lo último que se pierde. No, lo último que una persona puede perder es la “dignidad”, y cuando ésta se pierde pasa uno a ser un cero a la izquierda, o sea, no produce ningún efecto, se convierte en un ente abandonado que no lo conmueve nada de lo que suceda en su entorno, es un estorbo en la comunidad porque es más el daño que causa con su indigna pasividad que lo positivo que deja de aportar.
Esta cualidad de dignidad inherente a todo ser humano se ha venido devaluando en este país a marcha acelerada y en todas las instituciones estatales como secuela de una galopante y asfixiante corrupción, con mayor énfasis en la administración de justicia y en el parlamento colombiano, haciendo metástasis en otros organismos oficiales y en ciertos sectores privados y cuya reproducción maligna ha procurado una plena y perfecta simbiosis.
Esta situación, caótica por demás, ha llegado a unos extremos tales que su efecto anestésico produce afasia y amnesias temporales en una gran mayoría de la población, incluyendo por supuesto a los medios de comunicación, y toda la corruptela, los desafueros y abusos que se cometen no es que pasen desapercibidos, sino que se callan o se ocultan o, más grave aún, prestigiosos columnistas de algún medio de la prensa tratan infructuosamente de mostrar situaciones que son contraevidentes, sobre todo en lo relacionado con la administración de justicia, recurriendo a unos argumentos ininteligibles