¿Cómo consideras que debe ser un gobernante para qué reciba el apoyo incondicional de su comunidad?
Respuestas a la pregunta
1.Debe amar a su pueblo: Tanto con sus acciones de servicio, como con sus palabras, publicaciones y honradez, un candidato a gobernante debe demostrar amor por la gente y los recursos naturales de su país. Engañar al pueblo para tener votos a favor es una conducta contraria a este principio explicado en Deuteronomio 17, 14-15.
2.Ser un servidor: Una característica clave del liderazgo de Jesús fue “servir” a su prójimo. Por lo tanto, el gobernante debe saber que los cuatro años a ocupar un puesto público son para poner sus conocimientos, energía y tiempo a favor de un pueblo que ama aun cuando su salario no lo compense ese sacrificio (Deuteronomio 17,16).
3.Es buen esposo o esposa. Muchas personas piensan que la vida privada debe separarse del servicio público, pero bien se ha dicho que “ningún éxito justifica el fracaso familiar”, y es que el hogar es el primer espacio para poner en práctica un buen liderazgo. Aun cuando existen circunstancias difíciles en un matrimonio, lo menos que se espera de un hombre o mujer a quien se le admira es que cuente con características como amor, respeto, fidelidad y responsabilidad por las personas que le rodean. (Deuteronomio 17,17).
4.No es avaro o codicioso. Adquirir bienes no es pecado siempre y cuando se obtengan por los medios correctos. Cuando el pueblo conoce que un gobernante adquiere carros, casas, empresas, cuentas bancarias y otros activos empieza a sospechar que está enriqueciéndose en lugar de estar trabajando. La codicia hace que las personas no se den por satisfechas, nunca será suficiente y eso hará que fácilmente se desvíen (Deuteronomio 17,17).
5.Busca la sabiduría. El mejor ejemplo de un hombre que prosperó mientras buscaba sabiduría fue Salomón. Un gobernante suele tomar decisiones difíciles, y para ello es fundamental que tenga conocimiento de la Palabra de Dios. Frases como “es necesario separar la religión de la política”, demuestran ignorancia de la Palabra, pues buena parte de la Biblia está conformada por consejos para gobernantes (Deuteronomio 17, 18-19).
6.Es humilde. La falta de humildad es el primer síntoma de que una persona no tiene los pies en la tierra. Cuando un gobernante se siente superior, corre el riesgo de convertirse en un dictador y el orgullo será su obstáculo para ser un buen servidor (Deuteronomio 17,20).
7.Es sobrio. En Proverbios 31:1-9 se indican las enseñanzas de la madre al rey Lemuel, y una de ellas (versículo 4) es no ser bebedor. Pero el consejo no se limita al vino, sino refiere la importancia que un gobernante tenga una mente sobria y sana para tomar decisiones importantes.
8.Es instruido y se rodea de personas iguales. Todos tenemos un talento especial y podemos ser exitosos en ello, pero no podemos manejar todos los conocimientos necesarios para dirigir un país, por eso es esencial rodearse de personas capaces y honradas (Éxodo 17, 4-5). En ese sentido, dar a conocer los nombres de quienes integrarán los gabinetes de cada candidato presidencial nos permitiría decidir mejor nuestro voto.