Cómo combatir la Infodemia?
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Cuando recibimos una noticia: mirar la fuente de información, quién lo publica, el contexto en el que se hace y la fecha. Ver que no sea de otro país o fotos antiguas, etc.
Cuando leemos noticias: desconfiar de los títulos llamativos y alarmistas, y siempre leer toda la noticia y no quedarse sólo con el título.
Cuando tenemos dudas: buscá el título de la noticia, o las imágenes y videos que recibas, copiando los links y pegándolos en los buscadores para ver si existen.
Cuando recibimos mensajes reenviados (por ejemplo en whatsapp): no lo creas como reales ni los reenvíes, hasta que no confirmes si son ciertos. Al que te lo envió preguntale de dónde sacó la informació
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Cómo combatir la ‘infodemia’?
El exceso de información, no siempre veraz, sobre la pandemia de covid-19 puede pasarnos factura a nivel mental. Para evitar el fenómeno, bautizado como ‘infodemia’, hay que saber controlar el tiempo que dedicamos a leer o escuchar noticias sobre el asunto. Dominar nuestros impulsos es fundamental.
Ha pasado algo más de cinco semanas desde que un virus microscópico e invisible haya cambiado sin previo aviso la vida de prácticamente toda la humanidad. La extensión de la pandemia de covid-19 ha alterado nuestra forma de vivir, de trabajar, de relacionarnos con los demás, de comprender el mundo. Todo gira hoy en torno a esta enfermedad, también el bombardeo permanente de noticias e informaciones que recibimos sin tregua a lo largo del día. Incluso se ha acuñado un término, infodemia, referido a la sobreabundancia de información (alguna rigurosa y otra falsa) sobre un tema concreto, en este caso, la epidemia global de coronavirus.
Este nuevo concepto, a su vez, está muy ligado al de infoxicación, que se refiere a la toxina que el exceso de información puede generar en la mente. “Hay una necesidad casi angustiosa de estar documentado e informado sobre esta crisis de salud pública, pero este sometimiento continuo a la información se acaba por expandir de tal manera que puede llegar a anular tu capacidad de ejercicio crítico”, explica el psicólogo José Antonio Luengo. Se trata de una anomalía que forma parte de situaciones muy extremas como la que estamos viviendo estos días, y “afecta de manera muy sustancial a la vida de las personas, a sus rutinas, pensamientos, emociones y acciones”, comenta el experto.
Si a todo esto le sumamos la obligatoriedad del confinamiento domiciliario y el aislamiento social, esta infodemia puede resultar muy nociva. “Genera distorsiones, ya que no toda la información que recibes es veraz. Y aunque lo sea, cuesta reorientarla y reordenarla en tus esquemas mentales”, añade Luengo. En su opinión, un exceso de noticias y datos implica dos grandes riesgos.
1.-Acumulamos tanta información que el objetivo, que era el enterarnos de las cosas, no solo no se ve satisfecho, sino que deviene en una suerte de confusión tremenda debido a la cantidad de opiniones que se escucha o se lee.
2.-Puede llegar a generar un estrés y una ansiedad especialmente perjudicial para el desarrollo de la vida cotidiana, ya que provoca una preocupación constante y permanente que puede derivar en una obsesión.
En esta nueva situación, se multiplican los fantasmas, miedos, incertidumbres e inquietudes. “Si a esto le añades otra derivada que es el aspecto económico, tienes la tormenta perfecta”, apunta Luengo. Por ese motivo, este psicólogo enumera una serie de consejos para combatir este exceso de información y evitar que, en la medida de lo posible, la sobreexposición informativa nos pase factura. Algunos son de puro sentido común.
- Tienes que saber parar y detener tus impulsos. Sé muy disciplinado a la hora de decir ‘hasta aquí llego’. Eso pasa por seleccionar bien el tiempo que permaneces expuesto a las noticias. Cuando tengas unas ganas desmedidas de leer un medio en Internet, poner la radio o la televisión, deber saber ser tú mismo y controlar tus acciones. Para ello, has de tener en mente qué actividades son lo suficientemente atractivas para poder levantarte del sofá y ponerte a hacerlas.
- Elige una información de un medio con el que te sientas más cómodo o identificado, y procura no seguir comparando ni indagando con otras opciones, porque no te va a ayudar. A veces, la suma de distintas informaciones resta capacidad de comprender qué está pasando. Entonces surge el estrés mental debido a una sobrecarga en nuestro cableado neuronal.
- Procura ir a fuentes oficiales y quédate con la parte que más te interesa. Eso pasa por obviar lo superfluo, porque lo único que te aporta es desasosiego e incertidumbre. Recuerda que no todas las informaciones tienen el mismo peso. Acude a la fuente y a los datos que te interesan, pero no vayas más allá.
- Es muy aconsejable realizar actividad física a lo largo del día. La generación de endorfinas nos ayuda a sentir mejor. También viene muy bien conversar en casa sobre el asunto. Estas charlas ayudan a comprender mejor el momento que vivimos, nos hacen sentir dueños de nuestras acciones y de comprobar que estamos haciendo lo correcto.
- Por la noche llegan los momentos de mayor quietud del día, los biorritmos son menos activos y debemos buscar acciones que no estén ligadas a las noticias. Es bueno sacar momentos para la lectura, la música, la reflexión individual… Todo, con tal de desconectar del tema. Es tal la sobreinformación que a veces también inunda nuestros sueños, y esto es lo peor que nos puede pasar.
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