Cómo afecto el holocausto en la parte económica
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Las consecuencias económicas del Holocausto
Durante las seis temporadas de este blog, hemos dedicado diferentes posts a mostrar que los acontecimientos históricos pueden tener efectos económicos a largo plazo. Por ejemplo, los países africanos que más sufrieron el comercio de esclavos tienen en la actualidad un menor nivel de renta que el resto de países africanos; las regiones de Paraguay que estaban más cerca de las misiones jesuitas tienen en la actualidad un mayor nivel de renta que las que estaban más lejos; o las regiones españolas en las que el proceso de reconquista fue más rápido tienen en la actualidad un menor nivel de renta que aquellas donde el proceso fue gradual.
En este post analizamos las consecuencias económicas de uno de los acontecimientos más terribles de la historia de la Humanidad: el Holocausto. En un estudio publicado en el Quarterly Journal of Economics, los profesores Acemoglu, Hassan y Robinson estudiaron cuáles habían sido las consecuencias económicas del Holocausto en las regiones soviéticas invadidas por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Estos autores muestran que las regiones en las que se asesinó a un mayor porcentaje de la población judía tienen un menor nivel de renta en la actualidad.
El argumento principal para explicar el efecto a largo plazo del genocidio sobre el nivel de renta es que los judíos constituían la clase media en muchas regiones. Por ejemplo, en las zonas ocupadas por los alemanes el 68% de los médicos era de origen judío. La desaparición de las clases medias tiene consecuencias negativas tanto en el ámbito político como en el económico. En primer lugar, las clases medias favorecen el establecimiento de regímenes democráticos. Al hacer de colchón entre las élites y las clases más desfavorecidas, las clases medias favorecen cambios políticos que reducen los privilegios de los primeros, sin que los cambios sean tan radicales que sean frenados por las elites; y mejoran suficientemente la participación en las decisiones políticas de las clases más desfavorecidas, para que el nuevo sistema sea aceptado por éstas. Desde el punto de vista económico, las clases medias favorecen el establecimiento de unas reglas de juego en las que se premie económicamente a las personas que trabajen e innoven.
Aunque las consecuencias económicas son nimias comparadas con el atroz sufrimiento infringido a millones de personas, éstas nos sirven para recordar que acontecimientos que ocurrieron hace apenas 75 años no deben repetirse jamás.