Cómo afecta a los países de Latinoamérica la inequidad de la distribución de las vacunas
Respuestas a la pregunta
La carrera global por una vacuna contra el covid-19 ha sido, probablemente, una de las más decisivas y frenéticas de nuestro tiempo.
En menos de un año, farmacéuticas, gobiernos, aerolíneas, centros de investigación y empresas de todo el mundo se han unido en un esfuerzo en común para materializar una inyección que se ha vuelto la última esperanza para salir del oscuro túnel de muertes, contagios y confinamientos que ha sacudido el mundo de un extremo a otro.
Sin embargo, ahora que varias vacunas han comenzado a distribuirse y las autoridades sanitarias de numerosos países se esfuerzan en administrar el mayor número de dosis posible a su población, los expertos han comenzado a alertar que en esta nueva carrera los mayores beneficiados no serán, necesariamente, quienes terminen primero.
Y es que según un estudio que realizó la Universidad de Duke en Estados Unidos y que se volvió referencia en el tema en los últimos meses, la forma en la que se distribuyen actualmente las vacunas supone otro grave peligro de salud pública a nivel mundial.
La situación, de alguna forma, reproduce el actual sistema global: los países más ricos han comprado ya la mayor cantidad de vacunas que se producirá este año, mientras los más pobres no tendrán dosis para administrar incluso ni a sus poblaciones más vulnerables.