¿como actua y como fortalecemos nuestro sistema inmunologico para hacer frente a enfermedades como el covid 19?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Vitaminas y minerales
El apoyo inmune por micronutrientes se basa históricamente en la deficiencia de vitamina C y su suplementación en escorbuto. Desde entonces se ha establecido que el complejo e integrado sistema inmunitario necesita múltiples micronutrientes específicos, incluyendo vitaminas A, D, C, E, B6 y B12, folato, zinc, hierro, cobre y selenio, que desempeñan un papel vital, a menudo sinérgico en cada etapa de la respuesta inmune. Obtener cantidades adecuadas de estas vitaminas, minerales y oligoelementos es esencial para garantizar el correcto funcionamiento de las barreras físicas contra las infecciones y de las células inmunitarias; sin embargo, el aporte diario de estos micronutrientes necesario para apoyar la función inmune puede ser superior a la ingesta recomendada diaria (RDA). Ciertas poblaciones tienen ingestas inadecuadas de ellos y hay situaciones como la propia infección y el estrés que hacen que bajen aún más sus niveles y por ende mpodifique la cantidad que es necesario recibir. Varios micronutrientes pueden ser deficitarios, e incluso valores en el límite bajo de la normalidad pueden afectar a la inmunidad. Aunque existen datos contradictorios, la evidencia disponible indica que la suplementación con múltiples micronutrientes con funciones de apoyo inmune puede modular la función del sistema inmunológico y reducir el riesgo de infección. Los micronutrientes con la evidencia más fuerte para el apoyo al sistema inmunitario son las vitaminas C y D y el zinc (1).
2. Suplementos específicos que ayudan a incrementar las defensas
Hay, además, productos naturales que la medicina occidental ha aprendido de la medicina asiática y ha investigado y estandarizado. Así, por ejemplo, plantas -como la equinácea- tienen propiedades inmunoestimulantes: potencian la producción y actividad de linfocitos y macrófagos, aumentan la producción de interferón -que mejora la respuesta ante infecciones virales-, reducen los síntomas de infecciones respiratorias, etc.(3).
Hongos como el Reishi, Shiitake o Maitake también producen efectos sobre el sistema inmune (4). Así, el Reishii es conocido por ser inmunoestimulante e inmunomodulador. El Shiitake activa macrófagos, células T y NK y el Maitake ha demostrado estimular el S.I. innato y el adaptativo, incluso en pacientes con cáncer.
3. Los probióticos y sus múltiples beneficios para el sistema inmunitario
Capítulo aparte merece el uso de probióticos que promueven un sistema inmune saludable y reducen la incidencia de resfriados, alergias y eccema al potenciar el sistema inmune. Los últimos estudios dicen que estas bacterias beneficiosas suponen el 80-90% de nuestra función inmunológica. Tienen múltiples funciones: no sólo son una barrera para impedir la entrada de microorganismos, sino que matan patógenos como bacterias, virus, hongos y parásitos y actúan como inmunomoduladores, produciendo sustancias como la lactoferrina y vitaminas del grupo B. Estudios científicos han demostrado que suplementar con probióticos previene faringitis recurrente y amigdalitis. Otro estudio en niños de 3 a 5 años demostró que bajaba en un 53% la incidencia de cuadros febriles, un 41% los cuadros con tos y un 28% los cuadros de rinitis catarral. Asimismo, el uso de antibióticos en estos niños bajó un 84%.
¿Sólo tenemos flora saludable en el intestino? No, también está en la boca, la nariz, la piel, el tracto urinario, la vagina y los pulmones; lo cual nos enlaza con el COVID-19 de nuevo. Evidentemente las cepas bacterianas que encontramos en pulmones son muy diferentes de las que encontramos en intestino, pero sabemos que las señales desde las bacterias intestinales llegan al pulmón manteniendo esta primera línea de defensa ante patógenos. Cuando a ratones con una flora intestinal sana se les inoculó el virus de la gripe, sobrevivieron un 80%, frente al 33% que lo hizo al tener una flora alterada con antibióticos (6,7).
Por tanto, si quieres tener un sistema inmune fuerte, necesitas un buen suplemento de probióticos y ser cuidadoso con los antibióticos.
4. La melatonina a altas dosis y su caracter protector
La melatonina es una molécula con múltiples e importantes funciones. Numerosos ensayos clínicos han examinado su utilidad en diferentes campos de la medicina. Se ha demostrado su eficacia previniendo el daño celular en estados agudos (sepsis y asfixia en neonatos) y crónicos (enfermedades metabólicas y neurodegenerativas, cáncer, inflamación y envejecimiento).
Los efectos beneficiosos de la melatonina se pueden explicar por sus propiedades como potente antioxidante e inductor de enzimas antioxidantes, regulador de la apoptosis o muerte celular y estimulador del sistema inmune. Estos efectos apoyan su uso en infecciones virales que están asociadas, en muchas ocasiones, con lesión por inflamación y aumento de estrés oxidativo. En la siguiente tabla se puede ver algunos de los muchos estudios que examinan su utilidad para proteger frente a infecciones virales (8,9).
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1. Vitaminas y minerales
El apoyo inmune por micronutrientes se basa históricamente en la deficiencia de vitamina C y su suplementación en escorbuto. Desde entonces se ha establecido que el complejo e integrado sistema inmunitario necesita múltiples micronutrientes específicos, incluyendo vitaminas A, D, C, E, B6 y B12, folato, zinc, hierro, cobre y selenio, que desempeñan un papel vital, a menudo sinérgico en cada etapa de la respuesta inmune. Obtener cantidades adecuadas de estas vitaminas, minerales y oligoelementos es esencial para garantizar el correcto funcionamiento de las barreras físicas contra las infecciones y de las células inmunitarias; sin embargo, el aporte diario de estos micronutrientes necesario para apoyar la función inmune puede ser superior a la ingesta recomendada diaria (RDA). Ciertas poblaciones tienen ingestas inadecuadas de ellos y hay situaciones como la propia infección y el estrés que hacen que bajen aún más sus niveles y por ende mpodifique la cantidad que es necesario recibir. Varios micronutrientes pueden ser deficitarios, e incluso valores en el límite bajo de la normalidad pueden afectar a la inmunidad. Aunque existen datos contradictorios, la evidencia disponible indica que la suplementación con múltiples micronutrientes con funciones de apoyo inmune puede modular la función del sistema inmunológico y reducir el riesgo de infección. Los micronutrientes con la evidencia más fuerte para el apoyo al sistema inmunitario son las vitaminas C y D y el zinc (1).
2. Suplementos específicos que ayudan a incrementar las defensas
Hay, además, productos naturales que la medicina occidental ha aprendido de la medicina asiática y ha investigado y estandarizado. Así, por ejemplo, plantas -como la equinácea- tienen propiedades inmunoestimulantes: potencian la producción y actividad de linfocitos y macrófagos, aumentan la producción de interferón -que mejora la respuesta ante infecciones virales-, reducen los síntomas de infecciones respiratorias, etc.(3).
Hongos como el Reishi, Shiitake o Maitake también producen efectos sobre el sistema inmune (4). Así, el Reishii es conocido por ser inmunoestimulante e inmunomodulador. El Shiitake activa macrófagos, células T y NK y el Maitake ha demostrado estimular el S.I. innato y el adaptativo, incluso en pacientes con cáncer.
3. Los probióticos y sus múltiples beneficios para el sistema inmunitario
Capítulo aparte merece el uso de probióticos que promueven un sistema inmune saludable y reducen la incidencia de resfriados, alergias y eccema al potenciar el sistema inmune. Los últimos estudios dicen que estas bacterias beneficiosas suponen el 80-90% de nuestra función inmunológica. Tienen múltiples funciones: no sólo son una barrera para impedir la entrada de microorganismos, sino que matan patógenos como bacterias, virus, hongos y parásitos y actúan como inmunomoduladores, produciendo sustancias como la lactoferrina y vitaminas del grupo B. Estudios científicos han demostrado que suplementar con probióticos previene faringitis recurrente y amigdalitis. Otro estudio en niños de 3 a 5 años demostró que bajaba en un 53% la incidencia de cuadros febriles, un 41% los cuadros con tos y un 28% los cuadros de rinitis catarral. Asimismo, el uso de antibióticos en estos niños bajó un 84%.
¿Sólo tenemos flora saludable en el intestino? No, también está en la boca, la nariz, la piel, el tracto urinario, la vagina y los pulmones; lo cual nos enlaza con el COVID-19 de nuevo. Evidentemente las cepas bacterianas que encontramos en pulmones son muy diferentes de las que encontramos en intestino, pero sabemos que las señales desde las bacterias intestinales llegan al pulmón manteniendo esta primera línea de defensa ante patógenos. Cuando a ratones con una flora intestinal sana se les inoculó el virus de la gripe, sobrevivieron un 80%, frente al 33% que lo hizo al tener una flora alterada con antibióticos (6,7).
Por tanto, si quieres tener un sistema inmune fuerte, necesitas un buen suplemento de probióticos y ser cuidadoso con los antibióticos.
4. La melatonina a altas dosis y su caracter protector
La melatonina es una molécula con múltiples e importantes funciones. Numerosos ensayos clínicos han examinado su utilidad en diferentes campos de la medicina. Se ha demostrado su eficacia previniendo el daño celular en estados agudos (sepsis y asfixia en neonatos) y crónicos (enfermedades metabólicas y neurodegenerativas, cáncer, inflamación y envejecimiento).
Los efectos beneficiosos de la melatonina se pueden explicar por sus propiedades como potente antioxidante e inductor de enzimas antioxidantes, regulador de la apoptosis o muerte celular y estimulador del sistema inmune. Estos efectos apoyan su uso en infecciones virales que están asociadas, en muchas ocasiones, con lesión por inflamación y aumento de estrés oxidativo. En la siguiente tabla se puede ver algunos de los muchos estudios que examinan su utilidad para proteger frente a infecciones virales (8,9).