Comercialización del fútbol
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Respuesta:
El aspecto económico y deportivo desde hace tiempo se han fusionado a fin de obtener beneficios mutuos. La razón es porque el deporte se ha transformado en una fuente comercial abundante así como un eje monetario mundial. ¿El origen? Es muy variado, desde la explosión de las tecnologías hasta la imposición de consumismo en el mundo, pasando por el fanatismo que solo el futbol puede pregonar, como así también las tendencias y los nuevos para paradigmas de vida y moda que muestran una linealidad que aturde y desorienta a la gente.
Bombardeados constantemente por publicidad, marketing, sponsors y contratos, el fútbol se ha convertido en la nueva sensación económica y no solo a nivel de merchandising sino también futbolística y de recursos humanos. Hoy se presenta una incógnita ¿el futbol perdió su raíz?
El viejo potrero, cuna de grandes ídolos, primer paso en la carrera deportiva, eje de vida del amante futbolero, pasión de tierra. Donde no importa la edad, color u origen y se juzga la habilidad y la viveza, donde no se gana dinero sino respeto, donde el árbitro no existe y todo queda en la cancha, donde el equipo local lleva la camiseta del barrio y la gloria es tirar un caño e inflar las redes que no existen, donde se aprende por cargadas y al “distinto” se lo baja sabiendo que la roja puede ser una piña o la devolución, más adelante, de la misma. Eso es el potrero donde se forman sin reglas ni planificaciones, donde se juega por pasión y la única meta es divertirse.
Esta raíz es la base del futbol, en el llamado potrero, un futbolista se forma con la diversión como estandarte, el número de jugadores no importa, menos el clima. ¿A dónde quedo esa base?, ¿Se perdió el potrero, donde los fundamentos futbolísticos (sin mencionar los códigos) se aprendían? ¿Hoy no se juega más un picado? ¿Las canchas reemplazaron al “tierral”?.
¿Cuál es la otra cara de la moneda? Aquella que vuelve loco a los publicistas, esa por la que pagamos millones de dólares en publicidad y recaudan miles y miles en entradas, la pasión que eriza la piel a más de uno, los colores con los que perdemos el juicio y la objetividad.
Esos colores que defendemos a muerte, donde dejamos a la vieja en su día para ir a alentar, que mueve masas y multitudes, corazones y mentes, pasiones y dolores, que simplemente nos llena el corazón y nos permite un breve momento de deshago, nos borra los problemas del mapa y nos permite conectarnos con nosotros mismos.
Estas antítesis complementarias hace 50 años atrás fueron el eje de desarrollo del deporte mundial donde todavía las cifras que se manejaban no eran astronómicas como hoy, donde el sueldo más elevado no superaba las 4 cifras (obviando excepciones). La naturaleza de un deporte tan lindo poco a poco fue perdiendo su lugar y el futbol se convirtió en un método de comercio eficaz más que un deporte.